La cazadora de ojos blancos

Capitulo tres: quiero entrenar!

Pov Narrador

El silencio de la cabaña se hizo notable después de la revelación, Sabito y Giyu veían a su compañera (estos habían salido de su habitación por curiosidad) con algo de preocupación, Urokodaki estaba serio, Mitsuki estaba pensando, viendo al suelo.

—...quiero ayudar, quiero entrenar con ustedes!—

Dice Mitsuki viendo a el hombre, estaba segura, quería ayudar..ademas qué no podía quedarse allí sin hacer nada todo el tiempo, Mitsuki habia sido entrenada para ser una guerra, no para quedarse en casa sin hacer nada todo el día, además qué tenia que hacer algo para ganarse su vida, no tenia idea cuanto tiempo estaría allí, no sabía si serian dias, semanas o..años..

— el trabajo de un caza demonios es peligroso, Mitsuki, no es algo qué tomarse a la ligera o cómo un juego—

Advierte Urokodaki, y aunqué no se veia su cara gracias a la máscara qué el usaba, estaba muy serio y preocupado por aquella niña.

— yo lo se..pero quiero ayudar..no quiero quedarme quieta en esta situación!—

Urokodaki se quedo en silencio, se hiba a negar, era un trabajo arriesgado, sin embargo Sabito hizo su acto de presencia.

— ¡Urokodaki-sensei! ¡seria una buena idea que entrenará! Los demonios aumentan más por dia y los cazadores bajan cada vez más sus filas. Ademas, Mitsuki-chan debe de aprender a defenderse por la noche de los demonios!—

Justifica Sabito queriendo que su nueva amiga también se uniera, el sabia que esta profesión no era ningun juego y sería y muy peligrosa, literalmente, se jugaba con vida y muerte continuamente todas las noches, pero Mitsuki iradiaba..una aura extraña, poderosa, algo le decia que matarla seria un hueso difícil de romper.

—...Urokodaki-sensei...Sabito tiene razón, Mitsuki no vivira siempre acá.. y es bueno qué por lo menos sepa defenderse— dice Tomioka algo timido mientras se acercaba a su amigo, su mentor, y la nueva invitada en la cabaña.

Urokodaki quedo soprendido por decirlo menos, la niña había llegado hace menos de tres días y sus dos estudiantes ya se habían encariñado con ella, pero le soprendio más a Giyu ya qué..bueno, después de la muerte de su hermana mayor, no hablaba mucho y mucho menos se encariñaba fácilmente.

Ahora eran tres niños qué estában entre los 13 y los 12 con mucha energia y determinación, contra un anciano experimentado en el area de los cazadores. Y estaba seguro qué no pararian de insistir hasta qué aceptara a la niña como su nueva pupila.

— el entrenamiento sera duro—

Le advierte el hombre, pero alparecer solo hizo qué los ojos de la joven muchacha brillarán en determinación.

— lo se! Y quiero aun así quieri seguir entrenar con usted!—

Asegura la joven, Urokodaki suspiro y asintió.