OJOS AZULES

Todo cambia

Hunter:

Cuando llegamos, ahí estaba, sentada. Esperando pacientemente para que comience la ceremonia. Cuando veo que hay un lugar a su lado aprovecho y me siento a su lado.

Se exalta por mi presencia.

— ¿Hola, no? — le digo acomodando mi ropa.

—Hola, Hunter, tanto tiempo

— Supongo que si, cuanto 1 año?

—2, 2 años de hecho y hace dos años mi papá es presidente.

— Bueno, bienvenida.

— Gracias.

—¡Queridos y queridas le doy la bienvenida a la ceremonia!— anuncia un hombre.

En medio de la ceremonia, veo que Lea se comienza a acomodar en su lugar, cosa que hace una y otra vez; me preocupa.

—oye, estás bien?— le pregunto por debajo.

—mmm…no, creo que me va a venir. A bajar la regla. — le hago seña a ella para que me acompañe.

Ella me hace caso,nos vamos adentro. Veo a una mujer y le pregunto por toallitas higiénicas.  Me da y se las doy a Lea que va directo al baño pero se me suelta una risita.

—¿¡Que!?— se da vuelta al escuchar mi risita.

—Perdón, es que te manchaste.

Dicho esto, ella se apresura aún más.  Y cuando sale del baño me ve apenada.

— Soy una estúpida.

— jajaja, por qué?

— Queriendo hacerme la elegante, elegí este vestido BLANCO, que estúpida.

— Ten, toma mi saco— me sacó en saco de vestir. — Creo que te va a quedar grande, así que mejor — le comento y le doy mi prenda.

Se la coloca y efectivamente le quedaba grande. Le quedaba lindo. La combinación de blanco y azul si le quedaba bien.

Me doy cuenta que la estoy mirando mientras se termina de poner el saco y desvío la mirada.

—Una pregunta?

— Si— me responde mientras caminábamos.

—¿Cuál es tu color favorito?

— El violeta, el tuyo?

—El azul — mira el saco y me mira

— Con razón dudaste al dármelo, porque como es tu color favorito, no querías dármelo.… Pero el rojo era el tuyo antes, que paso?

— Todo cambia — le revuelvo el pelo y me acerco a ella, soy más alto que ella asi que ella se tiene que quedar sin cuello.

—¿Hunter?

No respondo y sigo acercándome. Y me animo, la beso. Por un momento se quedó inmóvil hasta que corresponde, ahora sí la agarro de la cintura y de su mandíbula para besarla mejor.

Lea se separa de mí y me aprecia con la mirada. Le sonrió. Veo que está concentrada en mirarme los «ojos verdes».

—Si te dijera si quieres ser mi novia, aceptarías?

Lea me respondió con un beso.

LEA LINB ERA POR FIN MI NOVIA. Desde que me conoció le tengo ganas de besar y declarar.