Capítulo 13

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Ella, no contestó. Y unos segundos después, ella entró en su solitario dormitorio, apagó la luz, y se metió, entre las sábanas. Dándole vueltas, la cabeza. Lo que ocurrió, aquella noche, fue un error. Lo suyo, había sido un recuerdo. Nada más. Muy bien?? Quizás tenía razón. Pero eso fue, antes de que hicieran, el amor. Y una vez, que le había entregado, si corazón, y su alma,...‽ Evidentemente, no. El mismo había dicho, que las mujeres, se toman, esas cosas, más en serio, que los hombres. Debería haber recordado, ésa frase. Tendría, que ser fuerte. Tendría, que sobrevivir...por su hijo. No le pediría nada, que no pudiera darle. Ella puso la mano, en su vientre, y sintió, una patadita. Su niño, era lo más importante. Seguiría trabajando, como siempre, pero sin problemas económicos. Y se concenria, en el bienestar, de su hijo. Todo saldría, bien. Pero si todo, iba ha salir bien, por qué, tenía los ojos, llenos de lágrimas? Ella se las enjugó, con las manos enfadada. No pensaba, llorar. Tenía que concentrarse, en el niño. Eso era, lo único importante. Gils había ido a ha buscarla, a la oficina, para almorzar. Después de comerse, un par de hamburguesas, con patatas fritas, le pidió cuál era, el problema.
-- Y no me digas, que no ha pasado nada. Tienes los ojos, enrojecidos--le dijo.
--Es una, tontería.
--No creés, que... estás enamorada, de Kent. A qué sí?
Ella, se mordió, los labios.
--Ah... sí...--contesto, por fin.
Gils dejó escapar, un suspiro.
--Ah...ya sabía yo, que eso de los matrimonios platónicos...
--Pero es que, no me quiere.
--Ya...--sonrio, su cuñada escepca.
--No, es verdad. Quiere que sigamos, con el acuerdo, que habíamos establecido, al principio. Lo ha dejado, muy claro.
--Nada, está claro. Kent, no ve las cosas, con claridad, desde que se enteró, de que iba a tener un hijo. Te ha hablado, de su padre?
Ella, se negó, con la cabeza.
-- No le gusta, hablar del pasado.
--Pues entonces, tendré que contártelo, yo--suspiro Gils, apoyando los codos, en la mesa.--Ah...Kent, adoraba a su padre. Siempre, bebió demasiado, y aunque intentaba protegerlo. El día que tuvo el accidente, estaba borrado. Y Kent, se sintió, absolutamente abandonado. Yo creo, que no ha podido superarlo. La verdad. Creo que sigue sufriendo, por la muerte de su padre.
Ella, parpadeo.
-- Muy triste. Pero...no veo...
-- No te das cuenta, de qué eso hace que tenga, un sentimiento, muy especial, por el hijo que va ha tener?
-- Sí, pero...
-- No te das cuenta, de que tiene miedo, de comprometerse, contigo y perderte después? Si te pierde, a ti pierde al niño. Pero no te rindas. Kent es un hombre, que merece la pena.
Ella lo sabía. Pero no sabia que hacer, para establecer, una relación, con él. Él, sólo se había casado con ella, para tener, un lazo, con su hijo. Era un medio, para llegar, a un fin. Nada más. La respuesta, estuvo clara, entonces. Él no la amaba, y quizás, nunca lo haría. Tardó un par de días, para asimilarlo, del todo. Podría seguir, con él, en aquella  situación? El problema era, es que estaba tan ocupada, que a penas tenía miedo, de pensar, en sus miedos. Y a pesar de todo, su relación con él, seguía siendo amistosa. Con él, no existía, el miedo, de que fuera,  desagradable, y abusivo, como lo hicieron otros hombres, en su vida. No...Kent, no era así. Pero echaba de menos, aquel cariño, que había esperado, después de aquella gloriosa noche que pasaron juntos. Habría ocurrido, de verdad? A veces se preguntaba, si habría sido un sueño. El asunto de la guardería, seguía en el aire. Y ella, no quería hablarlo, con él. Un día echó un vistazo al informe, de los abogados, y comprobó, que Mark, no había mentido. Existía la posibilidad, de que hubieran demandas millonarias, y recomendaban, que se olvidase del proyecto. Además, con economía, en recesión. La economía, y la cantidad de tiburones, dispuestos en llevar adelante, una demanda, por absurda, que fuera...sería una locura, en invertir, en algo tan arriesgado. Y por supuesto, el negocio, era lo primero. Sin la empresa, no había puestos de trabajo, y mucho menos, una guardería. De modo que ella, no pensaba, en pedirle explicaciones. Pero Geyms, y Sharon, aparecieron un día en la oficina, para preguntarle, si sabía algo.
-- Sabemos que estás, muy ocupada. Pero necesitamos, una respuesta. Si tú, no quieres decir nada, tendremos que preguntarle, al señor Hally, directamente.
Ella, suspiró.
-- Ah...creo qué el asunto, no va a salir adelante.
Después les explicó, brevemente, la situación.
-- Pero, no es justo-- protestó, Sharon. -- no puedes hablar, con él y no puedes, convencerlo?
Ella como les podía decir, que no tenía influencias, sobre el jefe? Quién en aquel momento, tenía mucho menos, que cuando era su ayudante ejecutiva. Ni Geins, ni Sharon, entendían el problema. Así qué ella, se sentía en la obligación, de defenderlo. Aunque, entendía, su decepción. Ella también, estaba decepcionada. Por eso un día, a finales de marzo, la sorprendió en el pasillo, con dos hombres, que llevaban planos, en las manos.
--Adónde van?-- les preguntó.
-- Somos de la constructora, "Brandax. Hemos venido, a por lo de la guardería. Pero creo, que nos hemos equivocado, de piso.
-- La guardería??-- preguntó, incrédula.
-- Hay que tomar medidas, y trasar, los planos. -- contestó, el hombre, dándole un papel-- tenemos, muy poco tiempo.
-- Ya que la inauguración, será en el mes, de júnio. Hay que empezar, cuánto antes. -- le dijo, el compañero.
-- Tiene que haber, un error.-- dijo ella, mirando el contrato-- no sé...Vayan al primer piso, y pregunten, por el director de proyectos.
-- Cuando los constructores, entraron en el ascensor, ella salió corriendo, hacia el despacho.
-- Qué pasa, con la guardería? -- le espetó, a él.
Él se quedó mirándola, durante unos segundos, sin decir nada.
--Por qué, estás tan agitada? -- le preguntó.
-- Me lo vas ha decir, o no? Creía que había muchos problemas, y habías dejado, a un lado, ese proyecto.
--Y hay, problemas. Siempre, hay problemas. 
-- Pero...
Él, se levantó, con expresión, burlona.
-- De verdad, pensabas, que no iba ha construir, la guardería? Pensaba, que iba a decepcionar, a mis empleados?
-- Pero los abogados decían, que podrían demandar, a la empresa, y...
-- Si alguien, intenta demandarme...se lo pondré, difícil. No he llegado, hasta aquí, asustandome, de los retos... Maggie. Cuando algo, es importante, para mí, me arriesgo.
Iba a construir, la guardería. Iba a arriesgarse. Era, su héroe. Nunca le había parecido, tan guapo, como en aquel momento. Entonces, sin pensar...le echó, los brazos, al cuello.
-- Kent-- le dijo.
-- Cuidado, con el traje-- bromeó, él.
Pero la estaba abrazando, y cuando miró, sus labios, tuvo que besarla. No pudo, evitarlo. Y ella, tampoco. Los labios de él, eran tan cálidos, como el sol, de verano. Tan embriagadoras, como un vaso de whisky. Y se abrió, para él, como si lo hubiera esperado, toda su vida. Lo necesitaba, tanto? Necesitaba, sus besos. Sus brazos. Su fuerza. Su calor. Enredó sus dedos, en su pelo, para tenerlo, más cerca. Y él, deslizo sus manos, por la espalda, para apretarla más. Ella dejó escapar, un gemido, sin dejar, de besarlo. Si él quisiera, podrían hacerlo, allí mismo. Se rendiria, Si se, lo pidiera. Era suya. Lo sabía, él? Por fin, unas voces en el pasillo, les obligaron, apartarse. Unos segundos después, el despacho, estaba lleno de gente, para darle las gracias, por la construcción, de la guardería. Ella volvió a su despacho, agitada, y nerviosa. Pero él, la deseaba...Al menos.. era algo.

Ella tardó, un par de semanas, en recuperar, la calma. Seguramente, estaba demasiado emotiva, debido al embarazo.
--  Tantas hormonas, me están volviendo loca--se dijo, así misma. Pero cuando pudo pensar, con claridad, supo exactamente, lo que debía hacer. Sabía que no podía dejar, qué las cosas, le superasen. Qué no podía dejar, que él, la tratase, como una cifra. Nunca pudo luchar, contra su padre, y con Tom, pero...era una mujer diferente. Mucho más madura. Y se defendería, con uñas y dientes. Aquella noche, re reunión con él mientras leía el periódico, allí en la terraza. Hacia una noche preciosa, con una brisa, que movía ligeramente, su pelo. Estuvieron un rato, en silencio, observando, como se ponía el sol, ocultandose, detrás de los rascacielos. Ella cerró los ojos, para reunir fuerzas. Sabía que se arriesgaba, a una confrontación. Qué se arriesgaba, a que él, le dijera, que se marchase de allí sin esperar nada. Pero tenía, que aclarar, la situación. No podía seguir viviendo, con miedo.
-- Kent. Quiero que rompamos, el acuerdo.
Él levantó, la mirada...sorprendido.
-- Qué dices?
-- Las cosas, han cambiado. De modo, que el acuerdo, ya no tiene sentido.
-- No ha cambiado, nada.
-- Habíamos aceptado, ese matrimonio, sin amor. Y yo, he roto, mi palabra. -- le dijo, ella. -- yo...me he enamorado, de ti.
Le parecía imposible, que hubiera dicho aquello. Pero después de decirlo, se sintió aliviada. Ya estaba, dicho. Él, sin embargo, no dijo nada. La miraba, como si estuese viendo, un fantasma. Si le diera un beso. Si sonriera, y le dijera, que él también, la amaba. Pero se dió cuenta, de que eso, no iba a pasar.-- así, que ya ves-- siguió ella, con voz, temblorosa. -- vamos ha tener, que empezar, de nuevo.
-- Ya hemos hablado, de esto. Los sabíamos, que estas emociones, debían mantener esto, fuera del matrimonio.
-- Éso es fácil, decir. Pero no tan fácil de hacer.
Él, apretó, los labios. Sabía lo que ella, quería, de él. Pero no podía, dárselo. Aunque quisiera, no podría  dárselo.
"Quizás no pueda darle, amor--pensó. -- pero...podría mostrarle, afecto de alguna otra forma.
-- Mira. Quería hacer esto antes. Pero, he estado, tan ocupado, que...voy a poner un par de tarjetas, de crédito, a tú nombre, y...
-- Qué...??-- exclamó ella-- crees que quiero, tú dinero? Yo no soy Cristal, Kent. A mí, no puedes, comprarme.
Él, la miró, sorprendido. Por qué, había dicho eso? Ella no quería dinero, y lo sabia.
-- Lo que quería decir, es...
-- Crees que te he dicho eso, para sacarte dinero? -- le preguntó ella, indignada-- crees que quiero comprar cosas? Lo que quiero, de ti, no es dinero. Lo que quiero de ti, es tú, corazón.
-- Maggie...
Aquella vez...ella, no esperó nada. Podía ver, la respuesta, en sus ojos. 
-- Te quiero, Kent. Y si tú, no me quieres. ..se terminó. No puedo, vivir así. Me marchare, en cuánto nazca el niño. Te dejaré verlo, y ser un padre, para él. Pero no, viviré, bajo el mismo techo.
Después, se levantó. Esperaba, que él, la detuviese. Qué la tomase, del brazo. Pero, no fue así. Se quedó, donde estaba, y ella, entró, en su dormitorio, con los ojos llenos de lágrimas. Él, la vió marcharse, con el corazón, en la garganta. Estaba paralizado. No podía, hablar. Era como si estuviera viendo, una película, en la que no podía participar. Una parte él, deseaba alargar, la mano, y pedirle, que se fuera. Pero no, podía hacerlo. Se quedó, como estaba. Tan frío, e inútil, como una piedra. A partir, de entonces, él, y ella, vivieron a ser, jefe, y ayudante ejecutiva. Se portaban, de forma amistosa. Sin más. Habían pasado, 8 semanas, desde la boda. Y estaba embarazada, de 7 meses, y medio. Empezó a asistir, a clases de parto, sin dolor. Y él, la acompañaba, como un buen amigo. Sólo, como un buen amigo. El niño, daba pataditas, por las noches. Haciendola, reír. A veces parecía, como si ya tuviera, una personalidad. Y le cantaba canciones, en voz baja, para acunarlo. Él, y ella, ya habían elegido una habitación, para el niño. Y la decoraron, con muchos muñecos, de peluches. Y un mural, en la pared. Cualquiera, que los vieran, pensarían, que eran una pareja normal. Pero no, lo eran. La primavera, estaba a punto de llegar, y sin embargo...ella se fue a trabajar, como si tuviera una nube negra, en su cabeza. Había algo raro, en el ambiente. Tenía una extraña, premonición, y no sabía, por qué.
-- Toma, un par de galletas. -- le había dicho Sessi, mientras tomaban café.
-- No, gracias.
-- No...?? Pensaba, que a las mujeres embarazadas, les gustaba el dulce.
-- A esta mujer, embarazada, no.

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