Pateo las cosas a mi alrededor, la furia en mi es inevitable, mis mejillas debe estar rojas por que mis orejas estan calientes, debo estar roja de la ira.
—Basta, calmate. —me ordena mi gemela.
—No puedo, no puedo. —me jalo el cabello y grito.
—No puedes salvar a todos.
—¿Por qué no?, debería poder. —bufé.
—No eres una super heroina Maggy, la gente tiene su albedrio para decidir.
—¿Y por eso son estupidos?, se van directamente hacia el barranco.
—Maggy, ellos deben aprender a vivir, no puedes resolverle la vida a los demás.
—Pero Mariana..
—Se que los quieres, y quieres protegerlos de todo el daño que les pueda pasar, pero no puedes.. por eso cada una toma sus propias decisiones.
—Pero no es justo Mariana, decirles que se cuiden, aconsejarles para que no se estrelle y lo primero que hacen es hacer todo lo contrario.
—Maggy, respira, no puedes protegerlos de todo, pero si puedes acompañarlos y estar para ellos cuando se estrellan.
—No quiero, eso me haría sentir mal, mejor que se vayan, no quiero que sigan en mi vida, yo no quiero ver como se estrellan.
Mi hermana me abraza y acaricia mi cabeza, la colera se disipa y me rindo en sus brazos, termino llorando, no puedo hacer nada por mis amigos, y eso no me parecía justo.
