La Venganza que nos une [BORRADOR]

Capitulo XIV

Dalia

Los rayos del sol me golpeaban el rostro logrando que me despertara poco a poco, me movi un poco sintiendo el pecho de Felix en mi rostro, levante mi vista y ahí estaba él profundamente dormido, sus largas pestañas y su cabello alborotado inundaron mis ojos

Se veía tan lindo de esa manera

Me acomode aun más en su pecho sintiendo su calor corporal y su agradable fragancia, el día de ayer fue algo agotador, no hubo lugar que no visitaramos, literalmente caí profundamente dormida al poner la cabeza sobre la almohada

Además la llegada de Sarah me tomo por sorpresa, no sabia quien era esa mujer cuando vi que estaba con Felix en la Cafeteria pero me provoco una sensación de disconformidad al verlos juntos

En la Cafeteria

Ya estaba saliendo de la habitación vistiendo un vestido café junto con sandalias y un sombrero apropiado a la ocasión, Bobi venia detrás mio siguiendome el paso hacia la cafetería, ya estábamos llegando cuando a lo lejos pude ver a Felix en una de las mesas hablando tranquilamente con una mujer

Me acerque un poco y pude ver su semblante serio, al parecer esa mujer no era de su agrado, debia hacer algo, así que tome valor y me acerque a pasos rapidos hacia donde estaba él

- Ya volvi, muñeco ¿Me extrañaste?

Me sente en su regazo uniendo nuestros labios en un pequeño beso, me senti un poco atrevida al hacerlo, era la primera vez que yo lo besaba tomando el control

Me gire hacia la mujer con intriga, quería saber quien era y al parecer no estuve muy lejos de saberlo, creí que era algúna familiar de Felix pero al conocer su historia no podia dejar de pensar en la desdicha que teníamos por encontrarnos con ella aquí, en este lugar

El resto del día fue tranquilo, al menos para mi, Felix por su lado se veía intranquilo y atento a todo nuestro alrededor, no nos dejo solos ni un momento hasta que estuvimos dentro de el hotel

Me sentía culpable por causarle preocupaciones a Felix, no era muy justo de mi parte hacerlo pasar por todo esto

Así fue hasta que caí profundamente dormida, no se que paso después pero desperté acurrucada junto a Felix sintiéndome más llena de energía que nunca

Dormir junto a Felix era algo cómodo, su olor varonil y su calor corporal era algo reconfortante, además, él era muy suave. Comencé a quedarme dormida otra vez cuando escuche que tocaban la puerta

Ignore el sonido de la puerta pero no pude debido a la insistencia en los toques, maldeci por lo bajo separandome de Felix y de mi comodidad

- ¿A donde vas, bonita? - Pregunto Felix aferrándose a mi, estando más dormido que despierto - Quédate aquí, conmigo - Hizo un puchero - No te levantes todavía