Por lo general, cuando Rivers esperaba a que Ari la llamara, se ocupaba de su trabajo. Sin embargo, había terminado temprano, así que no tenía nada que hacer y ninguna llamada que esperar, ya que Ari iba a ir a casa de su hermano por un tiempo y dejaría el teléfono en casa.
Se sentó en silencio en su habitación por un rato antes de decidir que pasaría el tiempo afuera. No había salido a caminar por un tiempo, así que decidió que sería mejor, y también porque sabía que Ari se enojaría con ella por no usar su día libre sabiamente.
Se puso una sudadera con capucha, se guardó el teléfono en el bolsillo y bajó las escaleras con dificultad, saliendo a su porche. Comprobó las flores y, como esperaba, todavía no había crecido nada.
Era la parte aterradora del cultivo de flores, al principio no sabías si algo estaba pasando todavía.
Decidió que iría al parque. Trajo un pequeño cuaderno y un lápiz para dibujar lo que le rodeaba, como solía hacer con su madre cuando era joven. Vio el columpio y encontró un banco cerca. Se sentó, suspiró y comenzó a marcar líneas en su cuaderno.
―No, Alana, te dije que no fueras mala y no me escuchaste.
Rivers escuchó decir a un hombre. Se dio la vuelta y vio a Aldo, regañando a Alana que parecía gruñona.
―¡Pero yo quiero helado como Barca! No es justo. ―lloró, pero su papá no cesaba. Aldo la señaló con el dedo.
―Te lo dije un millón de veces. ¡No seas mala con los chicos! ¿Qué haces? Llamas a Rodrigo 'Carretera' hasta que él lloró.
La boca de Alana se abrió de par en par.― ¡A él le gusta que lo llamen así, es su apodo papá!
―Bien, entonces ―dijo Aldo―, si eso no lo hizo llorar. ¿Qué lo hizo?
Alana bajó la cabeza en señal de derrota.― Lo perseguí con un palo y le dije que si me acercaba lo suficiente lo empujaría.
Aldo se quejó —Alana, no puedes andar haciendo eso.
― Él se lo me-...
―¿Se lo merece? ―Aldo terminó.
―Sí. Esa palabra.
―¿Por qué se lo merece? ―Aldo trató de comprender a su hija. Alana agitó las manos.
―¡Es un niño!
Aldo suspiró y se alejó. Vio a Rivers en el banco y saludó:― ¡Oh, hola! ¿Hablaste con mi esposa el otro día, creo? ―Rivers asintió.
―Rocío. Sí. ―ella le sonrió y luego hizo un gesto hacia Alana, quien tenía los brazos cruzados y ensanchaba la nariz cuando lo miraba.
―Así que esa niña sigue teniendo problemas, ya veo.
Rocío caminaba con Diego hacia ellos ahora. Diego miró a Alana.
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Flowers from 1970 | ᴿᴵⱽᴬᴿᴵ
FanfictionDonde la joven y solitaria Samantha descubre que puede utilizar un viejo teléfono para comunicarse con una chica que vive cincuenta años en el pasado. •El contenido que se leerá a continuación no es mío. Créditos a @astr0nomika, la autora original...