Dos

66 5 2
                                    


La última cosa que Desmond esperó escuchar era "Papá, hoy saldré un rato... te diré la verdad, voy a ser musa de un pintor."
Estaba completamente furioso, Harry había desobedecido cada una de las reglas que le había impuesto durante toda su vida y ahora ya es muy tarde, él ya es mayor de edad y no podría darle ninguna otra orden.
Sin embargo, el sabía que su niño tenía una tendencia a necesitarlo más de lo normal. Claro que esa crianza y costumbre él lo había hecho a drede, sabía que le iba a servir.

-¿Con el permiso de quién, Harry?- preguntó, con una cara seria, pero en su interior estaba burlándose de su hijo, sabiendo que aunque no ganara ahora, lo haría en un futuro.
-Papá, por favor, soy un adulto, decidí que pasaré así mis días, sabes que no tengo nada mejor que hacer.- le responde, suplicando por naturaleza.
-¿Y con quién se supone que te encontrarás? ¿Lo conoces siquiera?-
-Padre, es un trabajo que el artista me ofreció, aunque no aceptaré el dinero sabes que lo puedo hacer en un futuro.-
Harry vio como la cara de su padre se transformó de inmediato al escuchar la palabra "trabajo", sabía que era una debilidad para él, sabía que era incorrecto, y lo usaría tanto como pueda.
- Harry, ya hablamos de esto... No puedes-
Y antes de que pueda siquiera terminar de formular la oración, Harry ya se había esfumado como una bolita de humo, desapareciendo de su vista saliendo por la puerta.

La brisa olor a flor de coco danzaba sobre sus rizos rebeldes mientras se dirigía en bicicleta al lugar donde había acordado con Louis Tomlinson un día atrás al haberlo llamado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La brisa olor a flor de coco danzaba sobre sus rizos rebeldes mientras se dirigía en bicicleta al lugar donde había acordado con Louis Tomlinson un día atrás al haberlo llamado.
Llegó a una bella cafetería en Crema, bastante cerca de donde él vivía.
Francamente estaba confundido, el pensaba que irían a su taller, como Louis dijo, sin embargo el pintor le estaba saludando desde su asiento en el balcón de la cafetería con una hermosa sonrisa pintada en su cara.

Llegó rápidamente al lugar donde se encontraba Louis y le saludo con dos besos, uno por mejilla.

Louis aún no podía creer que tal belleza existiera. No lo iba a admitir, tal vez jamás en voz alta, pero Harry es como Venus, es tan frágil, delicado y suave.
Su Venus.

Su falda demaciado corta y las margaritas que colgaban por su pelo lo convertían directamente en una obra maestra. Esperaba jamás quedarse sin la vista, porque cuando lo veía era como un paisaje de un prado de bellas flores, incluso su olor se asemejaba a su comparación.

Buscó un poco de calma y espacio libre en su mente (una parte que ya no esté ocupada por ese angel) y decidió por fin hablar de los proyectos que intentarían hacer.

Estuvieron casi dos horas comiendo y hablando de paisajes y lugares que el rizado conocía en Italia para poder ir y utilizar como referencia para las pinturas.
Louis le contó un poco de su carrera y como estaba intentando salir para adelante en el mundo del arte. También le dijo que fue a Italia justo por esa misma razón, para encontrar inspiración y paz, cosa que no encontraba entre el bullicio de Londres.

Louis estaba perplejo por la belleza de ese ser que simplemente era hermoso sin esfuerzo alguno, era justamente lo que buscaba para sus pinturas: una belleza inigualable y digna, una inspiración para su pobre mente cansada. Sin querer ese rizado le dio noches de insomnio esperando su llamada, pensando en él. Su libreta de bocetos estaban llenas de es pequeño recuerdo de él, y por supuesto, ninguno de ellos podía compararse o asimilarse a su belleza. Claro, eso significaba que al fin Louis le pondría verdadero empeño a algo su vida, consideraría un pecado retratarlo mal y que la gente no pueda apreciar la verdadera belleza.

-¿Hasta que hora estás libre, Harry?- pregunta Louis -Así para saber si nos da tiempo de ir a alguna localización y empezar con algo, es temprano aún.-

-Soy todo tuyo durante todo el día- dice con cierto descaro y una cara inocente - No tengo nada que hacer, jamás, así que cualquier día a cualquier hora puedo estar.-

-Perfecto, iremos a un campo, quiero empezar con eso, ya tengo una idea.-
-Bien, pero yo vine en bicicleta, está muy lejos y..-
-Tranquilo, yo te llevo, rente un auto por hoy.-

Tal vez tenía una suerte inmensa de tenerlo con él a su lado, con sus rizos volando al rededor de su majestuosa cara y su piel brillando como un rayo de sol. Sus labios eran como dos pétalos de rosas y sus ojos zafiros verde brillantes.
Era radiante, perfecto.

Casi se pasa las señales por estar apreciandolo, se quedaba tonto.

Claramente lo habían bendecido, le habían entregado a un bello ángel en frente de sus ojos y claro que lo agradecería. Le retrataria todo lo que pueda, encontraría en cada parte de su cuerpo una obra de arte por separado, haría que se sienta orgulloso de su belleza.

 Le retrataria todo lo que pueda, encontraría en cada parte de su cuerpo una obra de arte por separado, haría que se sienta orgulloso de su belleza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora