único

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Los gritos eufóricos de las fans era lo único que lograban escuchar los miembros de BTS. Amaban subir a un escenario y ver los rostros de sus fanáticos por poder presenciar un conciertos de ellos. Pero lo que mas amaba sentir Jeon jungkook era la adrenalina con un poco de excitación al estar a frente de millones de fanáticos que se morían por pasar una noche con el. En parte le encantaba, pero por otro lado no podía evitar sentirse Frustrado. Estos meses  no podía evitar sentirse Frustrado, estaba harto en tener que contenerse para no ser muy "bruto" con sus acompañantes, siempre era el mismo patrón. Tiernas y pequeñas con curvas marcadas, pero no para exagerar, las coreanas no tenían lo que el deseaba y eso lo frustraba más.

Ellas siempre eran tan exigente "se más gentil" "ve despacio" "me lastimas" "ve lento". Ellas no entendían que solo estaban ahí para abrirse de piernas y satisfacerlo.

Los chicos bajaron del escenario con sus respiraciones aceleradas, sus ropas pegadas a sus cuerpos por el sudor. El primero en caer fue Jimin, quien fue rodeado por los brazos de jungkook. El menor observo el rostro de su hyung con su cabello pegado a su frente por el sudor, el siempre creyó que Jimin era un chico muy hermoso. Incluso en este momento donde su rostro estaba sudado y rojo, el se veía precioso. Los del staff hicieron el ademán para cargarlo, pero el tatuado negó. Lo levanto al estilo princesa. Siempre se cuestiono lo liviano que era Jimin, no era tan liviano como una mujer, pero incluso el cargo a chicas más pesadas que Jimin.

—¿Estás bien hyung?— susurró en su oreja. El rubio asintió perezoso, parecía más dormido que despierto.

—Kook-ah, ¿Podrías llevarlo al auto?— le hablo un casando líder.

—¿A tu auto?— el moreno asintió.

—Si, lo llevaré a su departamento. Es mejor que descansemos, festejaremos mañana — todos los miembros asistieron de acuerdo.

El tatuado se dirigió hacia el auto del líder, apretó su agarre en el muslo del mayor, debía admir que tenía unos muslos firmes. Namjoon le abrió la puerta del auto, y el menor acomodo a Jimin en el asiento trasero, se alejo del rubio sonriendo al ver lo tierno que era.

—Listo hyung.— sonrió dejando ver su característica sonrisa de conejo.

—¿Quieres que te acerque a tu departamento?— jungkook lo pensó, pero termino negando.

—No, iré a distraerme.— el moreno asintió.

Sin decir más se retiró del lugar, dejando a jungkook ahí.

El pelinegro acomodó sus cabellos con fastidio, se sentía tan cansando pero sobre todo se sentía frustrado. Se decidió por ir a distraerse y que mejor forma de distraerse después de un concierto que con un polvo.

El pelinegro besaba con fervor los labios rojos de la chica mientras pasaba sus manos por el trasero de la chica, apretó y se contuvo para no gruñir en decepción. Es como si fuera que no había culos en Corea, y si los había ¡Sorpresa! Eran falsos.

Los labios de la chica bajaron hacia el cuello del tatuado, sus manos lentamente fueron hacia su erección masajeando suavemente la zona del pelinegro. Jeon gruñó al sentir sus manos en su polla.

—No tengo tiempo para juegos previos.— bajo la falda de la chica, quien gimió en protesta.

Oppaaaa~mmm no seas bruto conmigo ~— el cantante pudo jurar que la poca excitación que estaba sintiendo se fue al caño por la chillona voz de la chica.

La observo debajo de el, una mueca de disgusto se formó en su rostro. Era linda, pequeña y frágil, sus pechos eran pequeños y no tenía nada de culo para su gusto. Lo único favorable era su rostro, que el juraba que tenía maquillaje. Su pequeño cuerpo se  frotaba contra el suyo.

Curious kookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora