Osvaldo

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Cada día que pasaba, Osvaldo se sumergía más en un sentimiento de desasosiego. Se reprochaba por ignorar a su mejor amiga, por pasar por alto los mensajes de Félix y, sobre todo, por los enredos de sus propios sentimientos.

En su defensa, el chico era incapaz de sostener una conversación decente con Rivers sin tartamudear. También, le era difícil mirar a Félix sin sentirse como un traidor, aunque nunca hubiera intentado dañar su relación.

Para entender mejor a Osvaldo, podríamos remontarnos al momento en que su corazón empezó a latir como el de un adolescente cada vez que su mirada se cruzaba con la de su amiga. Pero sinceramente, ni él mismo entendía cuándo comenzó a verla con otros ojos.

Lo único que tenía claro era que un día, recostado en su cama antes de dormir, reflexionó sobre los últimos meses. Los recuerdos de la velada y de cómo Samantha enfrentó con madurez la ola de odio que recibió durante meses, sumado a todo lo que implicaba estar en la Kings, hicieron que un fuerte sentimiento de admiración naciera en el.

Antes de darse cuenta, estaba sonriendo como un tonto mirando al techo. La sonrisa desapareció cuando tomó conciencia de sus pensamientos.

-Mierda- murmuró para sí mismo.

Desde ese día, convivir con Rivers en persona o incluso por llamada se volvió una tarea malditamente complicada para él.

La gota que colmó el vaso fue el viaje a Los Ángeles.

Amó volver a convivir tan cercanamente con su amiga después de tanto tiempo. Habían estado enfocados en sus proyectos individuales y no habían salido juntos en mucho tiempo.

Sin duda, extrañaba compartir tiempo con ella.

Un pensamiento egoísta se filtró en su mente.

-Agradezco que Félix no la haya acompañado- una fuerte vergüenza se apoderó de él.

Félix no merecía ser pensado así. El era una persona encantadora y un excelente amigo, ni hablar de la forma en que trataba a Rivers.

Sin duda, eran el uno para el otro.

Cuando el viaje terminó y estuvo de vuelta en casa, Osvaldo tomó una decisión: debía alejarse de la pareja por su propio bien, incluso si eso dolía profundamente.

Pero las cosas nunca son tan fáciles, ¿Verdad, Osvaldo?

Pero las cosas nunca son tan fáciles, ¿Verdad, Osvaldo?

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Nueva historia corta y cuestionable :>

No prometo actualizar tan seguido porque aja, responsabilidades.

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