3- 20 de mayo

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Tomas

14:30

Mi mamá llegó del trabajo.

—Hola mi precioso.—
Cerró la puerta principal, para darme un beso en la frente.

Estaba sentado en el sofá.

—Hola ma. Cómo te fue?—
Pregunté con una sonrisa.

—Bien, conocí a un padre de un alumno mío.—Sonrió mientras sacaba su mochila, para luego dejarla en la silla.

—Aja, cuál es su nombre?—
Me acerqué a mi madre, para escucharla mejor.

—No lo se, pero es bastante guapo.–Una gran sonrisa se le pegó en su cara.
Mi madre estaba enamorada.
Se le notaba en sus expresiones.

Me sentí bien por ella

—Por qué no lo invitas a cenar?—
Pregunté mientras abría el refrigerador.

—Noo. Todavía no sé si es soltero.—
Mí madre se escandalizo.

—Preguntale a su hijo, sutilmente, si tiene madre.—le dí una idea. Mientras agarraba una banana.

—Eso sería muy fuera de lugar, pero puede ser una buena idea.—

Mi madre se fue a la cocina.

Hoy era sábado, y mi madre asistió a un acto escolar.

Mi mamá era como una amiga. Compartía varios momentos con ella. Me hacía sentir feliz.

—Tu, como vas con ese chico?—
Me preguntó mientras lavaba una olla.

Comía la fruta.

—Como se llamaba? Iván, Fran.— Preguntó nuevamente.

—Evan—Corregí.
—No lo se. Tampoco sé si hablarle.—
Apoyé mi mano sobre la mesada.

Mi madre inhaló y exhaló, se preparó para decir algo.

—Hijo, Por qué no lo intentas? Tal vez si no lo haces, morirás soltero. Capaz terminemos iguales.—
Me animó, y lo acompañó con chiste, riendose al decirlo.

Las carcajadas salieron.

Me retiré. Yendome nuevamente al sofá.

Agarré mi celular.

Ninguna notificación.

Suspiré.

—La madre de un alumno me invitó a cenar. Para el día martes.
Quieres ir?—

—Aja.—no sabía lo que dijo mi mamá pero acepté.

22 DE MAYO, DÍA LUNES.

9:32

Vi pasar a Evan junto con sus amigos.

Yo traia una remera verde lima, pantalones largos color negro con unas converse.

Estaba en mi casillero guardando mis cosas.

Primero metí un libro luego dos. Saqué los libros de geografía.

Me di la vuelta.

Recibí un pelotazo en la cara.
Mis anteojos se cayeron.

Cerré los ojos al impacto.

Agaché la cabeza y me froté los ojos con las manos, intentando ocultar mí vergüenza y preocupación.

—Apártate.—Me empujó con su hombro.

Pude reconocer con su voz quien era.

Abrí los ojos. Vi borroso.

El chico que me golpeó con su balón de básquet se llama Henry.

Levanté mis anteojos y pude escuchar las risas de algunos.

Me quedé mudo, intenté no verme frágil.

Lo menos que podía hacer, era no meterme en problemas e ignorarlos.

11:53

En la biblioteca.
Leía algunos libros para estudiar.

Puse en mi boca la lapicera, cada vez que pensaba.

La apretaba con mis dientes.

Los minutos pasaban y yo seguía estudiando.

Mordía cada vez más fuerte la lapicera.

La tinta estalló.

Toda mi boca se llenó de tinta azul.

Escupí.

Me puse nervioso. Que había hecho?

Debía ir al baño.

Me tape mi boca y me dirigí al baño.

Corría cada vez más rápido.

Apurado.

Las risas de los hombres que provenían del baño se escuchaban cada vez más.

Bajé la velocidad cuando estaba cerca.

Pase lento con mis manos manchadas de tinta, tapando mi boca.

Observé a los chicos que reían y jugaban con el agua.

Me acerque al lavabo.

Y lo vi a él.

Evan.

Pude observar su gran cuerpo, su piel blanca, sus definidos pectorales, su pelo castaño mojado. Traia una toalla que cubría no más las partes íntimas.

Casi todos me miraron cuando llegue, incluyendo Evan.

Baje mi mirada, la vergüenza entraba.

Prendí la canilla y me lave.

—Necesitas ayuda?—
Reconocí la voz.

—N-no gracias.—
Me puse nervioso.

¿Acaso Evan me había hablado?

Definitivamente me puse demasiado rojo.

Termine de lavarme y me retire rápido.

Pareciera como si hubiera aguantado la respiración en ese momento.

Mis nervios pararon, pero mí mente no dejo de pensar en la voz gruesa de Evan, hablándome.

Volví a la biblioteca, aliviado. Luego de eso mi mente no fue la misma.

Verlo casi sin ropa a Evan, hizo latir mi corazón aún más.

Incluso me habló.

Sonreí, mirando la mesa con libros.
Distraído con mis pensamientos.

Cuando salí de la universidad.

Caminé, casi corriendo.

Estaba apurado no sabía el por qué.

Mi mamá me pasó a buscar.

Me subí al auto.

—Hola hijo.—Me saludo mi madre.

—Hola.—La salude y ella encendió el auto.

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Nota de actualización:
La verdad me gusta esta versión más que la anterior. Eliminé bastantes cosas que los viejos lectores de la historia se habrán dado cuenta.

Dicho esto me despido.

Me ayudarían siguiéndome ya que eso me motiva para traer más historias

(⁠〃゚⁠3゚⁠〃⁠)

Hasta luego.

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