Twenty-five

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22 de diciembre.22
Tigre. Nordelta, Castores
Belen Fernández.

Al levantarme fui a la cocina y me prepara para desayunar. Estuve un rato desayunando sola hasta que bajo tini y nos quedamos hablando.

—Ayer se pelearon con Pau—dijo tini y saqué la mirada del celular.

—Si, es un estupido. Yo me sé defender no lo necesito que me defienda—dije y me levante de la mesa.

—Pero bel se que a vos no te gusta que te defiendan pero él demuestra lo que te ama al defenderte no pienses eso—dijo y me di vuelta a verla.

—Si, pero no importa estoy enojada porque después si yo le hago lo mismo se enoja conmigo.

—Dense un tiempito, se que todo es nuevo para vos, pero háblenlo no se pelen por una boludes—miro a las escaleras—mira ahí baja háblale los dejo solos—se paro y fue a las escaleras—Buen día Paulo—se fue.

—Buen día tini—paulo terminó de bajar y vino a la mesa.

—Buen día Paulo—dije y él me ignoró—Paulo te estoy hablando.

—¿Qué queres Belen?—pregunto sin sacar la vista del celular.

—No me ignores, porque si después yo te hago eso te enojas conmigo Paulo.

—Bueno ¿Qué queres?

—Hablemos Pau, no me gusta estar peleada con vos perdón gordo.

—A mi tampoco me gusta estar peleado con vos, pero me enoja que no me dejes defenderte gorda—Me pare y lo abrace.

—Cuando se van los chicos, ¿Salimos a comer un rato?—le pregunte y me dio un beso en el cachete.

—Bueno gorda dale.

—Yo me voy a cambiar gordo.

Me cambie, y al rato bajaron los chicos que ya se iban. Se fueron y con Pau nos quedamos arreglándonos para ir a comer a puerto madero, después íbamos a comprar los regalos para mis sobrinos y todo eso. Al llegar a puerto madero estaba toda la prensa y no nos dejaban de hacer preguntas, evidentemente alguien había grabado nuestra pelea anoche y ya nos tachaban como la pareja tóxica y así.

—Paulo, ¿Por qué se pelearon?—decían periodistas a lo que paulo me agarro fuerte y nos hizo evadirlos.

Al llegar al restaurante, nos sentamos y pedimos para comer. Muchos chicos se acercaban a Paulo para pedirles fotos o saludos, mientras que algunas chicas me decían lo linda que era y la suerte que tenía paulo de tenerme.

—Gracias bonita—le dije a la nena y se fue con su familia.

—Acá tienen su comida, unos ravioles para la señorita y un salmón para el señor—dejo los platos la moza y se fue.

Empezamos a comer y al terminar Paulo pago la cuenta fue una pelea quien la iba a pagar peor termino pagándola el, después salimos a caminar un rato por puerto madero y a tomar unos helados.

—Te amo mucho gordo—lo abracé y el me dio un beso en la cabeza.

—Yo te amo más amor mío, tomamos un helado y vamos a comprar los regalos? Te va?—asentí.

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