"Puedo explicarle todo a Milim". Llegué tarde por culpa del nuevo maestro. No estaba tratando de engañarte o burlarme de ti. Honestamente. Simplemente sucedió. — le expliqué esperando su prudencia.
- ¿Es verdad? ¿Cómo puedes demostrarlo? — preguntó, suavizándose un poco, pero continuando presionando con su fuerza.
- Es verdad. Si quieres, puedes preguntarle a tu padre o a cualquier sirviente de mi castillo. Le estoy diciendo la verdad a Milim. - Dije, pero vi como el enfado de Milim no amainaba, así que decidí utilizar un método más directo.
- ¿Honestamente? — preguntó dubitativa, pero estaba claro que mis palabras podían hacerla dudar de su propia confianza.
- Sí. Y si es necesario, estoy dispuesto a hacer cualquier cosa como disculpa por haberos hecho esperar tanto. Aunque no tengo toda la culpa, estoy dispuesto a hacer algo como esto por tu bien. - dije en tono gentil.
- ¿Para mí? ¿En serio? - preguntó muy sorprendida. Esto significa que pocas personas estaban preparadas para tal disculpa por ella, o quizás pocas personas lograron estar a la altura de ese momento de la conversación.
"Si eso repara mi culpa, calma tu ira y preserva nuestra amistad, entonces estoy listo para ello". - dije, tratando de parecer amable.
Vale la pena mostrarle tu lado bueno. Si demuestro que estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por el bien de nuestra amistad, me levantaré ante sus ojos y me convertiré en una persona de mayor confianza. Por supuesto, este es un movimiento sucio y bajo, pero de lo contrario me golpearán en la cara, y Dairon ya estaba harto de eso. Así que ahora necesitamos cambiar la ira de Milim por misericordia.
- Si tú lo dices, entonces... ¡bien! ¡Que así sea, te perdonaré! - dijo con una sonrisa y una mirada feliz, como si me estuviera haciendo un favor, aunque lo era, pero traté de no comentarlo.
- Gracias, Milim. Me alegra que haya resultado ser un amigo comprensivo y compasivo.
- Ciertamente. Eso es lo que soy. Pero por favor llega tarde otra vez y no me hagas preocupar. - advirtió.
- Está bien, intentaré no repetir esto otra vez.
- Eso espero. Pero desde que nos conocimos, ¡pasemos tiempo juntos en un lugar genial e interesante! ¡Definitivamente te gustará! - dijo Milim con una mirada alegre.
- ¿Y qué es este lugar? - pregunté con curiosidad.
- No recuerdo exactamente cómo se llama este lugar, pero parece... El Señor de las Mazmorras... El Laberinto de Poder... o... Bueno, en general, este es un lugar donde podemos pasar un rato interesante. - murmuró Milim tratando de recordar los nombres de alguna mazmorra. Y si esto...
- ¿El Gran Laberinto? - aclaré.
- ¡SÍ! ¡Eso es todo! ¡Me dijeron que poca gente regresaba de allí y que allí había 100 pisos! ¡Incluso dicen que es poco probable que el propio Rey Demonio pueda completar los 100! ¡Descubrí que allí viven los monstruos más peligrosos del mundo! ¿No es genial? ¡Podemos luchar contra monstruos fuertes! ¡Y consigue diferentes tesoros! ¡Esta es la verdadera aventura y exploración! ¡Será muy divertido! - Dijo Milim con gran entusiasmo.
Pero me parece que sé de dónde vienen estos laberintos, o más precisamente qué son... Y si realmente se trata de la misma mazmorra, entonces para mí hoy este lugar es categóricamente peligroso. Para conquistar un lugar así necesitas tener fuerza como Milim o tu padre. Pero esto sólo siempre que se trate de la misma mazmorra. En otro caso, puedes probar suerte y capacidades, porque con el poder de Milim no tienes que preocuparte por tu seguridad.
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La vida en un mundo feliz.
FanficEsta es la historia de un joven japonés de dieciocho años, Rainer Daji, que a veces tiene ataques de dolor de cabeza desde la primera infancia. Su existencia tuvo la oportunidad de seguir siendo bastante ordinaria, sin embargo, el próximo regreso a...