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Han Jisung siempre ha sido el ser más atractivo para Minho, un chico delicado, con unos cabellos rubios y suaves como la seda, con unas mejillas tan adorables que a Minho me encantaría besar.

Han y Minho hacía tiempo que no se dirigían la palabra, poco a poco se distanciaron pero las miradas no acabaron, se miraban muy a menudo pero no llegaban a decirse nada.

Un día se chocaron sin querer y fue inevitable no decirse algo.

-¡Uh! Lo siento Jisung.

-No importa, no miraba por donde iba.

POV: Jisung.

No me puedo creer a quien tenía delante, Lee Minho, un amigo del que siempre estuve enamorado (aún lo estoy) como siempre tan atractivo y con una camisa ajustada con la que se marcaban sus trabajados brazos y unos vaqueros holgados con muchos bolsillos, este hombre es ideal ante mis ojos, cómo me gustaría tener alguna oportunidad con él.

-Y... ¿Cómo estás? -Me preguntó Minho avergonzado.

-Bien... Ya sabes, estudiando como siempre.

-Por cierto Jisung, después de clases me gustaría hablar contigo.

-Amm... Sí, claro.

¿Qué me quería decir Minho? Estuve todo el día pensando sobre ello.

Pasó el día con normalidad hasta que llegó la hora de la salida, aunque en realidad Mihno no me dijo donde hablaríamos.

De repente, alguien agarró mi mano con fuerza y velocidad, no tardé en darme cuenta de quién me estaba arrastrando, sí, Lee Minho.

Me llevó al baño y cerró la puerta delicadamente

-Jisung, la razón por la que quería hablar contigo es que me preguntaba si querías volver a ser mi amigo.

Al escuchar eso la emoción me recorrió en forma de escalofrío por todo el cuerpo, en vez de responderle un: "¡Sí, volvamos a ser amigos! Tuve el impulso de estirar de su camisa perfectamente planchada y besarlo, le besé en esos labios rosas que deseaba torturar con los míos desde que lo conozco.

Noté la sorpresa de Minho, era obvio que no se esperaba que me lanzará a besarle como si su boca fuera la única puta maravilla que existe en el mundo.

Pero para mí sorpresa, en vez de empujarme y decirme el insulto más ofensivo que se le ocurriera, siguió el beso con total normalidad.

Nuestras lenguas jugaban entre sí con fuerza y deseo, nuestra saliva se unía convirtiéndose en un solo liquido.

-Yo... Lo siento mucho.

-Pues yo no. -Después de decirme eso con una sonrisa pícara y una voz jodidamente masculina, me cogió de la cintura y volvió a besarme, está vez el beso era mucho más caliente, metió su mano bajo mi camiseta acariciando mi abdomen.

Nuestros jadeos al inicio eran silenciosos ero poco a poco se iban escuchando cada vez más en aquel fresco y discreto baño.

Cogí el rostro de Minho entre mis manos, sus dedos seguían toqueteando mi abdomen pero subió lentamente la mano hasta mis pechos, los estrujaba con fuerza y acercó mi cintura a la suya haciendo que nuestros miembros se rozen.

Se separó de el beso y pude ver en su mirada lujuria y oscuridad.

-Las ganas que tengo de hacerte gemir superan el miedo a que nos pillen.

-Ni me acordaba de que estábamos aquí, talvez... Deberíamos irnos.

-¡Ni una mierda! No vamos a salir de aquí hasta que no nos hayamos corrido uno encima del otro.

Al escuchar aquella frase mis mejillas se tomaron de un color rosa fuerte.

Minho me dió un beso corto mientras pellizcaba mis pezones. Se quedó mirándome profundamente unos segundos y me puso en la pared con fuerza.

-Jisung, me encantas. -Yo me sonrojé y miré hacia el suelo.

-Mírame cariño. -Le hice caso, en su mirada ahora podía ver ternura pero el deseo le seguía invadiendo los globos oculares.

Se acercó más a mí y comenzó a besarme el cuello, podía sentir su lengua deslizarse y su aliento caliente recorriéndome sin descanso. Me mordió un poco el hombro, seguramente tendría marcas por todas partes después.

-¿Lo has hecho alguna vez?

-No... Soy nuevo en esto.

-Mmhh eres virgen, me lo imaginaba. ¿Seguro que quieres hacerlo?

-Sí Minho, quiero hacerlo.

-Está bien... -Me sonrió y volvió a besarme.

Se comenzó a desabotonar la camisas lo que yo le ayudé, ¡la madre que me parió! Mucho era más musculoso de lo que pensaba, unos abdominales bastante marcados, los hombros anchos y apuestos acompañados de unos brazos duros como el tronco de un árbol.

Metió su mano dentro de mi pantalón, empezó a acariciar mi miembro mientras me besaba el cuello, me masajeaba arriba a abajo lentamente, el placer que sentía era inexplicable, sentía mi cuerpo arder como el fuego.

Yo no era capaz de decir palabra alguna, solo gemía como una gata en celo, cada vez aumentaba más el ritmo de su brazo, me sentía en el mismísimo puto cielo.

-M-minho~

-Tú cara de excitación es mejor de lo que imaginaba. -Rió.

-¡Callate! -Le dije con vergüenza.

El solo suspiró mientras seguía masturbándome con velocidad y profundidad.

Sentía que iba a llegar a climax dentro de muy poco, comencé a sentir calor exagerado y una extraña sensación en el estómago.

Después de unos segundos me corrí en la mano de Lee, su mano se completó de mi líquido, blanco y sobretodo caliente semen.

No podía parar de jadear o gemir, mi respiración era demasiado errónea y el corazón me iba a mil por hora.

-¿Te ha gustado?

-Sí...

-Buenos Jisung, ahora te toca complacerme a mí.

-O-oh... Emm sí, lo olvidaba.

Minho me agarró la mano y me metió con el donde estaba el váter, se sentó en la tapa y me hizo una indicación de que me acercara.

-Nos lo vamos a pasar de putísima madre.

(...)

|~En el baño~| Minsung ⚠️+18⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora