La Eterna Condena.

Cap 1. (remake)

N/A: Ya tenía escrito el primer capítulo de esta historia e iba a publicarlo, pero me agarró la idea de hacerla un poco más larga de lo planeado, así que tuve que desechar el primer capítulo y empezar desde cero. (me dolió en el alma)
La historia iba a ser un oneshot, pero tenía demasiado drama para ser nada más una historia corta llena de giros, así que agregue más capítulos.
Estoy satisfecho en cómo va mi organización, ya tengo planeado hasta el cuarto capitulo. Lo que me preocupa es querer agregar más cosas y alargar la historia (espero que no pase)

Hasta aquí mi informe, es un gusto haber escrito esto para mi beloved Jay, y espero que lo disfruten.
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Los rayos de sol pegaban directamente a mi rostro, cubiertos de vez en cuando por el movimiento constante de las cortinas que daban paso al aire frío de la mañana.

No cerré las ventanas anoche...

Estuve un par de minutos más en la cama hasta que me levanté a regañadientes con las sábanas alrededor de mi, intentando regresarme a la cama, pero resbalando por mi cuerpo a cada paso que daba, hasta tocar el piso.
Cerré la ventana y me dirigí a mi cocina con la mano pasando sobre mi rostro en una expresión cansada, preparada para hacer un desayuno simple, serviendome leche para revivir un poco y sanar la migraña qué me atormentaba, pero a la que ya estaba acostumbrada.
 

Empecé a divagar sobre mis próximos proyectos de arte mientras revolvía el azúcar qué le puse a mi  leche, eligiendo cual sería el próximo cuadro, de que tema, qué emociones quería plasmar y en que sentido, forma, y/o textura.

Antes de poder siquiera entrar en detalle sobre mis pinturas, una notificación me sacó de mis pensamientos, haciendo que un espasmo me recorriera y diera un pequeño salto por el susto, resoplando pora tonteria y agarrando mi celular para leer el mensaje que Roph me acababa de mandar.

Ponte lo más bella que puedas, porque hoy iremos al nuevo antro qué abrieron por la calle 17

Mis ojos rojos rodaron en compañía de mi risa, dejando de lado mi vaso para reclamarle sobre lo temprano que era para pensar en alcohol, aún cuando sabía lo poco que a mi mejor amiga le importaba la hora que era si se trataba de pasar un buen rato embriagandose.

Te veo a las siete en mi casa! Ya sabes, trae tu ropa y cambiate aquí, yo te maquillo.

Reí ante su último mensaje y acepté la invitación sin más que un "claro." continuando con mis actividades mientras esperaba la llegada de nuestro encuentro, haciendo yoga en las mañanas, estudiando después de un descanso, arreglando mi hogar, los papeles importantes que había desordenado la noche anterior y por supuesto, pasando tiempo con mi pedazo de luna, Cassy, una gata completamente negra con preciosos ojos verdes, mi más grande compañía y la dueña de mis quincenas. Dueña de la mitad de mi corazón, y la cual evitaba que mi cordura se perdiera.

En la tarde, preparé tostadas con mermelada para un pequeño aperitivo antes de ensuciar mis manos con el agradable olor de la pintura.
Sentándome frente a un cuadro en blanco, adorando los sentimientos, apreciando la emoción de la primera pasada de brocha que corrumpía lo puro y claro del cuadro con carisma, insensibilidad, dolor y atrevimiento qué había plasmado en esta obra, un significado para mi y por mí, que yo pueda entender, que con solo verlo sepa que expresa, que quiere transmitir con aquellos trazos delicados y rudos que se mezclaban en una misma obra para impactar, tomándose de la mano sin importar cuán contrarios sean. Un desahogo que encontraba cada que sentía perdida mi esencia, cada que necesitaba distraerme de los recuerdos, aún cuando lo plasmado siempre me hacia viajar a lo que ansiaba mantener lejos.