Única Parte

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Cuando lo vi por primera vez, pensé: no hay manera de que sea real

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Cuando lo vi por primera vez, pensé: no hay manera de que sea real.

Solía ​​pensar que la divinidad en las personas no era nada más que estudiada gallardía.

Pero estaba equivocado.

Era el primer día de secundaria y estaba sentado allí solo, haciendo danzar el boligrafo sobre la hoja del cuaderno con excepcionalidad, perdido en su propio mundo, mientras todos a su alrededor charlaban y reían.

No podía quitarle los ojos de encima.

Era tan hermoso, como la más sensible de las flores en medio de un jardín infinito y variado, compitiendo con la belleza de millones y millones.

Sin temor a perder.

Su cuerpo era delicado y ligero, piel lechosa; etéreo. Sus ojos eran despiertos, tan soñadores que anhelabas proteger el alma tras los orbes. Cabello negro y despeinado, pero perfectamente sedoso. Su nariz estaba bellamente diseñada, un poco curveada. Sus labios eran como un pequeño y dulce melocotón tentando a ser mordido, probado.

Me dolía el corazón por el deseo de hablar con él, pero mi personalidad tímida me impedía hacerlo. Y aunque traté de ignorarlo, en el fondo de mi mente estaba el pensamiento de que alguien como él nunca podría estar con alguien como yo.

Y me preparé.

Porque en ese momento lo supe. Sabía que, a partir de ese momento, coexistiría con el deseo de servirle.

Su corazón era demasiado precioso. Demasiado puro para este mundo de odio y caos.

Recuerdo la forma en que sus mejillas se pigmentaron al igual que la cálida luz del sol cuando de repente la atención de todos se centró en él.

Él sonrió tímidamente, pronunciando en voz baja su nombre y su preferencia por el chocolate caliente en lugar del café.

—Yang Jungwon.

La primera vez que hablamos fue porque quería que le escribiera un poema

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La primera vez que hablamos fue porque quería que le escribiera un poema.

Tenía el corazón en la garganta y podía sentir su sonido como un tambor golpeando en mi oído.

𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐨𝐟 𝐦𝐲 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 | JayWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora