Capítulo 2

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Lisa

Un vacío me llega hasta el estómago. La mujer sigue explicando que podemos quedarnos a esperar si se logra un acuerdo para que se abra un vuelo hasta SynCin City, pero no nos asegura nada. Me separo del grupo y busco el celular, de nada vale quedarme a pasar la noche en las sillas incómodas del aeropuerto si puedo dormir al lado de Irene. Antes de marcarle, pido información a la mujer sobre la reanudación de los vuelos y ella amablemente nos ofrece una tarjeta con números telefónicos.

Realmente la noticia no me llega tan mal. Muy seguramente mañana ya pueda viajar a MadeVille, pero por el momento, solo quiero darle la noticia a Irene. Ella responde el celular en la segunda llamada.

—Hola. Lo siento, estaba en el baño. ¿Todo bien? —Le explico la situación y casi puedo ver como sus ojos se abren sorprendida— ¿Y ahora qué? ¡Exígeles, Lisa! No pueden dejarte allí.

—La mujer dice que mañana puedo regresar. Esta noche quería saber si podía quedarme contigo.

—¿Aquí? Pero sabes como es mi abuela, no creo que...

—Irene, puedo quedarme en el sofá para que ella se quede tranquila. A la media noche me paso a tu habitación. No pasará nada.

—No lo sé...

—¿Quieres que me quede a pasar la noche aquí? —Ya estoy empezando a molestarme y ella lo sabe. La oigo caminar desde la cocina y entrar a otra estancia, probablemente su cuarto.

—Es solo que, si esa mujer dijo que iban a abrir un vuelo más tarde, deberías esperar.

—No es nada seguro.

—Por eso debes esperar —Ella siente mi frustración y suspira— De todos modos, le hablaré a mi abuela y te aviso.

Cuando colgamos, yo sé que ella no hablará con su abuela, así que debo buscar otra opción. Intentaría con mi padre, pero no quiero preocuparlo. En ese momento recuerdo el contacto que él me dio en mi primer viaje hasta BlindStone. Era de un chico, hijo de un amigo suyo, que incluso fue a recogerme al aeropuerto. Busco en la agenda de mi teléfono intentando recordar cómo lo guardé. Lo encuentro agendado como BamBam BlindStone y sin pensarlo dos veces, lo llamo. Contesta en el penúltimo timbre, antes de entrar al contestador.

—¿Hola? —Me presento y él chasquea la lengua recordándome— Claro, me acuerdo. ¿Cómo estás?

—Varada en el aeropuerto de BlindStone. Sé que es mucha molestia, pero quería saber si podía quedarme en tu casa hasta el día de mañana que abran de nuevo la operación.

BamBam ni siquiera lo piensa.

—Claro que sí. Nuestro apartamento está cerca del aeropuerto.

—¿Nuestro?

—Sí. Vivo con mi novia hace unos meses, pero no hay lío. No estamos en la ciudad y el piso está libre. Puedes ir con confianza. Te mandaré un mensaje de texto.

Yo le agradezco y a los segundos que hemos colgado, recibo su mensaje. Siempre me ha sorprendido lo relajado que resulta ser BamBam. Deben tener una gran confianza nuestros padres como para que me deje quedar en su apartamento sin hacerme muchas preguntas. Salgo del aeropuerto dejando atrás el bullicio y el pánico que se está respirando en el lugar. Es absurdo. Me subo a un nuevo taxi y no me toma más de diez minutos llegar hasta un edificio blanco de diez pisos con estacionamiento subterráneo.

Me acerco a la recepción ubicada en el primer piso, donde detrás de un muro de mármol negro, un hombre de uniforme azul me examina. BamBam me ha escrito por mensaje de texto que ya ha dado aviso de mi llegada, por lo que no me toca dar muchas explicaciones.

—Sí, el joven BamBam acaba de llamar —Responde el hombre y me entrega un juego de dos llaves— Piso 6, apartamento 601 —Dice finalmente señalando el ascensor del fondo.

Pulso el botón que tiene el número seis tallado en acero y siento como empiezo a subir. Llego en cuestión de segundos a una estancia de baldosas grandes y blancas con cuatro puertas de madera. Busco el 601 que está a mi lado derecho y abro la puerta. Adentro está oscuro y por sentido común busco un interruptor a los lados. Lo encuentro a mi izquierda.

La entrada es un pasillo corto que tiene un perchero donde hay un abrigo azul colgado. Camino hasta salir a la estancia en donde veo el concepto abierto del apartamento de BamBam y su novia. Lo primero que veo es la cocina; es de muebles blancos, con una estufa de cuatro puestos y una isla de granito que tiene una canasta donde hay manzanas. Le sigue un comedor con cuatro sillas y al final un sofá gris de tres puestos frente a un televisor de pantalla plana colgado en la pared. Debajo hay una mesa rectangular con retratos.

Camino pegada a la pared mientras admiro la decoración minimalista y llego a la última parte del apartamento; las habitaciones. Reviso de nuevo los mensajes de BamBam, la puerta del frente es el baño y las restantes son los cuartos. Según sus indicaciones debo tomar la de la izquierda. Entro y veo que me espera una cama doble que ocupa casi toda la habitación. Hay un armario a un lado empotrado en la pared y al frente un mueble con divisiones en donde se debería ubicar un televisor. Me doy cuenta de que no hay baño interno, por lo que la otra debe ser la habitación principal.

Dejo mi mochila a un lado y me tiro sobre la cama. El celular vibra y veo que es un mensaje de Irene:

'Lisa, las amigas de mi abuela siguen aquí. No he encontrado espacio para preguntarle'.

'¿Qué decidiste hacer?'

Me sorprende verme sin ganas de discutir.

Me quito los zapatos y escribo dos mensajes.

Para: Papá.

'Papá, me quedo esta noche en la ciudad. BamBam me ha dado hospedaje. Salgo mañana temprano, hubo problemas con el vuelo.'

Enviar.

Busco el siguiente chat.

Para: Irene

'Estoy bien. Logré solucionar. Mañana hablamos. Descansa.'

Mi padre me responde a los minutos con un "Bueno" que es lo mucho que puede escribir en el celular. Veo que los puntos grises en el chat de Irene se mueven. No sabe qué escribir porque ella no es de muchas palabras. Cuando veo su respuesta suspiro, me meto en las sábanas y decido mañana afrontar su "Ok". 


 © Todos los derechos reservados a la autora original, @MariaDanielaR.

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