Capítulo 20: Rumbo al país de las Maravillas

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Mientras tanto, un guardia de cartas empuja a las seis niñas a una clase.

—Soy la Tortuga Falsa, pero no se burlen de mí. ¡Porque soy en todo tan buena como una tortuga real! Este es el salón de castigos, y no hay escapatoria —la tortuga se quedó dormida inmediatamente.

—¡Rápido, escapemos!

Apple lleva a las seis hacia la puerta, solo para descubrir que todavía están atrapadas en la misma habitación cuando abren la puerta.

—¿Qué? ¡No, no puede ser! ¡Volvimos justo donde empezamos! —exclamó Apple, confundida por lo sucedido.

—¡No hay salida! —dijo Briar.

—¡Lo siento, chicas! Estoy tan apenada de habernos traído al País de las Maravillas! —Raven se disculpó.

—Raven, no es sólo tu culpa, yo te ayudé. Si mi madre no hubiera hecho esto, todo sería normal —Le aseguró T/n, poniendo una mano en el hombro de Raven.

—Mi madre... no puedo salvarla de Courtly. ¡No hay nada que pueda hacer! —Lizzie sollozó, mientras las niñas la consolaban.

Las siete niñas permanecieron en silencio mientras estaban detenidas. Lizzie vio el reloj que colgaba de la cola de Kitty. —La fiesta de cumpleaños de mi madre comienza en pocos minutos. ¿No hay forma de escapar de aquí?

—Me teletransportaría fuera de aquí, pero mis poderes no funcionan —Kitty lo demostró intentando teletransportarse—. ¿Lo ves? No sirven.

—¡Esto podría tardar cien años! —Briar exageró.

—Aww, anímate, podrías pasarlos dormida, Briar —Bromeó Maddie.

—Sólo necesitamo calmarnos y pensar en el problema lógicamente. Tal vez haya algo en este cuarto que pueda ayudarnos a escapar o darnos una pista —Apple sugirió.

Apple se levanta para coger un libro. Las chicas la siguen. Una gota de la sustancia pegajosa del suelo de las tuberías gotea sobre la cara de Raven.

—Este lugar es asqueroso. Más vale que alguien piense en algo rápido —exclamó Raven.

—Lo hemos intentado todo.

—Y la única salida nos regresa al interior.

—¡De verdad estaremos aquí para siempre!

—¡Es más tiempo que para siempre!

Las seis murmuran frenéticamente en pánico

—O no —dijo T/n, sin ser tan pesimista.

Y así, las chicas pasaron su primer minuto completo en el salón de castigos. ¡Quiero ayudar! Si tan solo pudiera hacer algo más que empujar un libro.

—¿Puedes empujar libros? ¡Eso es sonbretástico! —exclamó Maddie luego de escuchar a Broke.

Las chicas la miraron confundidas.

—¿Con quién está hablando? —preguntó Briar.

—Cree que puede hablar con los narradores —Respondió Raven.

—¡Silencio en clase por favor! Estoy intentando comunicarme con nuestra amiga invisible. Narradora, ¡necesitamos tu ayuda!

Me encantaría ayudarlas, Maddie. Pero también tenemos reglas.p Además, no sé cómo.

Maddie dejó escapar un grito ahogado después de ver algo enel techo. —¡Miren el dibujo de la taza de té! —miró a su alrededor—. ¡También está ahí! ¡Y ahí, y ahí! ¡Eso es! Son las iniciales de mi papá. Solía ​​estar castigado todo el tiempo. De hecho, era famoso por salir del salón de castigos.

 𝑺𝒆𝒎𝒑𝒊𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐 |Daring x F!Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora