𝙻𝚊 𝙴𝚖𝚙𝚎𝚛𝚊𝚝𝚛𝚒𝚣 𝙳𝚎𝚕 𝙱𝚊𝚜𝚔𝚎𝚝 》𝐾𝑢𝑟𝑜𝑘𝑜 𝑛𝑜 𝑏𝑎𝑠𝑘𝑒𝑡《

[T2] Capitulo V: El tiempo es oro

Aomine: Que calida bienvenida

- Pudrete - solté levantando el dedo medio

El moreno sacó de su chaqueta un paquete de frituras, un sándwich y me las lanzó

Aomine: La comida de estos lugares son una verdadera basura - dijo señalando la bandeja de comida que estaba a un lado de mi cama. La comida seguia intacta -

- Si...gracias

Un silencio incomodo se hizo presente entre ambos que por lo visto no sabiamos como seguir dicha charla

Aomine: ¿Y como está eso? - preguntó señalando mi pierna enyesada

- Bueno es incómodo, doloroso y pica

Aomine: Ya veo

Nuevamente ese silencio incomodo

- ¿Que haces aquí?

Aomine: Vine a buscar a Satsuki

- Ella se fue a las 6 de la tarde, son casi las 11. ¿como te han dejado pasar?

Aomine: Tengo mis encantos

- Si, claro lo que digas

Aomine se sentó en uno de los sofás que habia en la habitación y se sacó la chaqueta, en cuanto sus manos tomaron el puño de la chaqueta pude ver como tenia todos los nudillos magullados, raspones y todo colorado a su alrededor

- ¿Que te pasó ahi? - pregunté señalando sus manos

Aomine se miró los nudillos y los guardó en los bolsillos de sus pantalones - Nada - su respuesta fue directa y fria

De un momento a otro el moreno se levantó de su asiento y se dirigió hacia la puerta - Me voy, que pases bien la noche - y sin mas el peliazul desapareció detras de la puerta.

Intentaba dormir pero mi cabeza estaba inundada de preguntas. ¿a que se refería Hanamiya cuando dijo que él no se vuelva a acercar? ¿Hablaba de Aomine? ¿Él lo habia golpeado de esa manera tan brutal? Y si ese hubiera sido el caso ¿porque lo hizo?.
No sé en que momento pasó pero caí rendida ante el sueño...

(...)

Los rayos de sol entraban por la ventana dandome justo en la puta cara

- ¡Carajo! este sol de mierda

Entre queja y queja mi apetito se hizo presente con grandes ruidos, tomé el botón que llamaba a las enfermeras, queria mi desayuno, pasaron unos 20 minutos y nada, ¡Me cagaba de hambre!
El reloj marcaba las 8 en punto y seguia sin mi desayuno, entiendo que hay casos más urgentes que el mio pero tambien era una paciente y estaba literalmente inmovil.
Despues de un momento de replantearme la idea que tenia en la cabeza lo decidí, saque mi pierna de ese raro coso que lo mantenia elevado y de a poco fui hasta la puerta, cuando me asomé al pasillo me sorprendí de la escena que tenia frente a mi.

Aomine estaba recostado en uno de los bancos que estaba afuera de la habitación, estaba dormido y parecia realmente cansado pero parecia tranquilo, sus facciones estaban relajadas y parecia otra persona cuando estaba en ese estado, ¿Que hacia aquí? Pensé que se habia ido, ¿se habrá quedando toda la noche? Un impulso de acercarme a él apareció en mi, de a poco acercaba mi mano a su rostro pacífico pero de un golpe el peliazul abrió los ojos y me eché para atrás, Aomine llegó a agarrarme la mano evitando que me caiga

Aomine: ¿Que haces levantada? - preguntó el moreno levantandose de su asiento con una ceja arriba -

- Tenia hambre y no venia nadie

De un momento a otro el moreno me levantó en sus brazos haciendo que me sonrojara, me llevo hasta la camilla otra vez y me acomodó nuevamente el yeso, desapareció por un momento y volvió con dos cafés y unas donas