Capítulo 1

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   Odio Runas antiguas, es una clase innecesariamente aburrida de la que no me puedo salvar. Bathsheda Babbling, la profesora, se sienta en su escritorio y habla por horas con su voz apagada y depresiva. Es vieja, no debe medir más de un metro cincuenta y sus ojos están prácticamente ocultos entre las arrugas, la única razón por la que sigue dando clases es porque nadie la espera fuera del colegio. Así que nos tortura con clases y tareas aburridas junto a los de Gryffindor. Unos estúpidos arrogantes que no hacen más que hacer ruido. Y con eso me refiero a los merodeadores. Siempre encuentran la forma de interrumpir la clase y causarnos dolores de cabeza. Se aprovechan de la nula autoridad de Babbling para hacernos perder el mayor tiempo que puedan. No me molestaría, de no ser por el estúpido delirio de grandeza que tienen.
   La mayor rivalidad está en el campo de Quidditch. Si fuera por nosotros, no saldría del campo, pero los Gryffindor son unos rencorosos que no pueden superar que perdieron (más de una vez). Y esto lo digo siendo parte del equipo, soy la buscadora de Slytherin. Por esta razón, recibo un odio especial y personalizado de parte del buscador de Gryffindor, James Potter. Nunca hablé con él. Solo lo escucho diciéndome cosas cuando paso por los pasillos, riendo con los amigos o cuando intenta desconcentrarme en los partidos. Así que no pierdo energía peleando con él. Y eso lo debe estar matando, no tener la atención de una chica. Su cerebro no procesa el poco interés, por lo que no tiene mejores ideas que molestar hasta llevarme al límite. Y no el límite que me gusta.

   Volviendo a la clase. Quedan pocos meses para el receso invernal y los profesores ya se empiezan a preparar para las evaluaciones de fin de año. Y Babbling no se queda atrás. Se levanta del escritorio y toma lugar delante de todos nosotros. Acomoda sus grandes y gruesos lentes mientras comienza a pasar lista formando parejas para el trabajo final. Y a la profesora no se le ocurre mejor idea que:

—"_____" Kinsey y... James Potter —Y continua pasando lista.

   Es obvio. Es el karma o algo así. Intento ignorarlo y ahora es mí pareja en un trabajo que tardará meses en ser terminado.
   Mí mirada se dirije a mí nuevo compañero quien ya me estaba mirando, me guiña un ojo con arrogancia y comienza a reír junto a su grupo.

—No puedo, no voy a aguantarlo —me giro a ver a Theodore Nott que estaba junto a mí.

—Es solo un trabajo —intenta tranquilizarme sin mucho interés ya que miraba a la pelirroja que era su obsesión semanal. Le guiña un ojo y está ríe embobada.

—Eso lo dices porqué tu pareja es Lily Evans —señalo la situación con mí mano—. Prácticamente, si no terminan en la cama sería un milagro.

  Él suelta una risa.

—Le doy una semana.

—¡Theo!

   Cuando termina de formar las parejas, Babbling nos da el tiempo para sentarnos junto a nuestra pareja para luego comenzar a explicar las consignas. Potter toma asiento a mí lado, donde antes estaba sentado Theo, y puedo sentir el egocentrismo que sale por sus poros. Petulancia pura.

—Tienen tres meses. Pero no lo dejen para último momento, porqué me daré cuenta —forma una larga pausa antes de seguir—. Las consignas son las de la pizarra. Y recuerden que última es la más importante. Les tomará tiempo buscar las runas ocultas. Y aunque no lo crean, me doy cuenta si las runas son falsas. Llevo enseñando más años de los que ustedes tienen.

   Sin decir nada más, camina lentamente hacia su escritorio y vuelve a sentarse en silencio. De inmediato todos empiezan a hablar con sus parejas. No lo haría si tuviera opciones, pero es el trabajo final. Y esto no significa que hay que tener más interacciones ademas de para el trabajo, así que.

—Está bien. Debemos ponernos de acuerdo en que cosa hará cada uno y... —me interrumpe un ruidoso resoplo de parte del de lentes— ¿Cuál es el problema?

—¿Por qué no mejor lo empiezas y me hablas si necesitas ayuda? —Pregunta impaciente, como si tuviera que estar en otro lado y yo lo estuviera retrasando— Aunque siempre puedes pedirle ayuda a un profesor para eso, creo que sabes cómo devolverles el favor.

   No. Él no acaba de decirlo.

—Eres un idiota, Potter. Un imbécil.

   Tomo mis cosas y salgo del salón. Quedaban menos de cinco minutos, así que a Babbling no le importara si salgo antes.
   Que imbécil. Solo él puede convertir una conversación de menos de cinco minutos en una pelea.

[...]

   Pasaron tres días. Tres días y en ningún momento se acercó para preguntar nada. Y yo no iba a perder mí tiempo esperando a que Potter se digne a tomar un libro.
   Baje al comedor más temprano de lo usual, compartiendo el lugar con otras treinta personas de todas las casas. Disfruto del silencio mientras avanzo la lectura del trabajo, aunque la aburrida lectura solo hacia que piense en mí inútil compañero. Cuando dijo que solo lo busque cuando hayan problemas, creí que bromeaba. Pero, al parecer, hablaba muy en serio.

   Y como si mis pensamientos lo hubieran invocado, James Potter entra al comedor notando mí presencia casi de inmediato.

—¿Ya comenzaste el trabajo? —Es lo primero que dice. Se sienta frente a mí y revisa los libros que estaba leyendo con total confianza. No le respondo, como un poco de mí desayuno y dejo que el silencio responda lo obvio— ¿Qué? ¿Te ofendí? Si te acuestas con un profesor para aprobar, no pienses que vas a ser alabada por los que se esfuerzan.

   Esto debe ser una broma. ¿Cuál es su obsesión con hacerme molestar? Solo tuvimos dos interacciones, y en ambas oportunidades se comporta como un idiota.

—¿Cuál es tu problema? —Pregunto. En serio necesito una respuesta.

—Yo no tengo ningún problema, el problema pareces tenerlo vos.

—¿Yo? —suelto una carcajada falsa— Acá el único que busca pelea sos VOS.

—Si A VOS te ofende todo lo que digo, no es MÍ problema.

   Lo miro sorprendida. Me sorprende como una persona puede ser tan... Arrogante.

—Sos increíble.

—Ya lo sé —sonrie de lado.

—Olvídalo.

   Dejo de prestarle atención e intento concentrarme en las estúpidas Runas de hace cinco siglos atrás. James cierra con fuerza el pesado libro que estaba entre mis manos, haciendo que el estruendo llame la atención de casi toda la mesa. Miro a mí alrededor y hay al menos veinte personas atentas a la situación, pero James solo me mira fijo con el ceño fruncido.

—Vamos a hacer esto. A las seis, nos vemos en la biblioteca y comenzamos el estúpido trabajo —Toma una de las uvas de mí plato y se va sin decir nada más.

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¡Hola!

I Just Wanna Be Yours - James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora