Katrishka mira con aburrimiento al grupo de alfas delante suyo discutir sobre los ataques injustificados hacia sus grupos, últimamente habían mas asesinatos en masa de los que jamás imaginaron o que sucedieron desde hace decadas bastante considerables.
Todavía no entiende como es que el olor tan espeso de las feromonas de tantos alfas no la marean, sus fieles se habían ido hace rato, porque dentro de las juntas solo podían estar los sanguíneos o sucesores de cada clan, y ella era una cercana a los de la Bratva, normalmente no la dejan entrar, puesto que en estas juntas vienen de todas mafias y clanes a nivel mundial, y el sentir a una omega no marcada dentro los puede llegar a desconcentrar normalmente. Los alfas a veces se dejaban llevar mas por sus instintos que por otra cosa.
<neandertales> el pensamiento se queda y predomina cuando ve que los lideres de Italia y Japon tienen la discusión mas acalorada.
Ve con ligero asombro cuando el líder de los Yakuza saca el arma que llevaba dentro de la chaqueta y otros varios hacen lo mismo, pero aun asi no se mueve de donde se encuentra sentada. Sabe que aquí no pueden matarse, amenazarse quiza pero están en territorio y términos de paz.
Y ninguna mafia, sea cual sea su lugar dentro de la actual jerarquía, podía faltar a los códigos de honor remarcados dentro de este territorio.
- No olvidemos, queridos colegas, que dentro de este recinto, no debe de correr ni una gota de sangre- uno de los pocos alfas cuerdos dentro de toda esa mesa habla con paz en su voz. Kat mira hacia el lugar, y como siempre que lo ve, su rostro se ilumina ante el alfa moreno y de ojos verdes. Lo reconoce como el líder de una pequeña organización naciente en los 2000, no recuerda su nombre pero su acento le recuerda a los brasileros....o eso es lo que su sexto sentido le indica. Detrás de el esta sentado un alfa que igual tiene sus ojos verdes pero lo mas llamativo es su cabello, un color negro intenso con ondas remarcadas, hacen que sus facciones se vean mas toscas y a la misma vez sexys, se ve bastante pacifico, pero a la misma vez alerta.
Se nota que leyeron bien las normas establecidas tres décadas atrás. Kat todavía no había nacido pero su padre le había dicho que las constantes guerras entre mafias y clanes habían dejado grandes problemas , si bien era cierto que la falta de empatía, escrúpulos y hasta de corazón en algunos habían dejado a miles de omegas y cachorros sin sus alfas, todos los lideres se vieron en la necesidad de crear una junta general a nivel mundial. Suiza fue la sede de tal pacto, dejándolo como la zona de paz, aquí solamente podían entrar lideres y un cercano a ellos; entre familia, mates o simplemente asistentes. Si muy bien podían pasar a dejarlos y recogerlos sus fieles, algunos optaban por dejarlos dentro de Grimentz y otros en Gandria, siendo pueblos hermosos y menos llamativos que Lauterbrunnen.
Mientras todos guardan sus armas y se sientan al fin como personas civilizadas, ella gira la cabeza.
A su lado se encuentra el mate de La Roja, un omega bastante hermoso, de cabellos castaños y una piel palida, mira con detenimiento su vientre abultado y como el omega se ve dispuesto a atacar a quien se acerque a su alfa. La marca en su cuello es de un color rosado vivo y ella lo entiende de manera rápida <están por amor> el pensamiento pasa tan rápido como un flash y mira a los demás acompañantes. Ve una joven alfa frente a ella, y nota que es la hija del líder de la 'Ndrangueta, pareciera no tener mas de 17 años, pero sus feromonas eran lo suficientemente fuertes como para opacar las de otros lideres. Será una buena alfa cuando suba al poder, o al menos eso supone Kat.
Su atención y de los demás presentes en la sala van hacia la puerta cuando esta se abre de par en par, el olor de las feromonas es tan fuerte que Kat arruga su nariz y se la tapa por un corto momento.
El alfa, alto y delgado es uno de los mas hermosos que había visto en su vida. Tenia unos labios rosados, una piel blanca como si fuera porcelana y unos ojos fieros de color café, el cabello;claramente teñido de rubio a la perspectiva de Kat, se veía suave al tacto. Era un alfa simplemente...bello.