Frente a Bingo estaba un cachorro de Cavapoo de pelaje de color marrón el cual le hacía señas con las manos. Bingo no entendía nada de lo que el cachorro estaba haciendo hasta que la mamá del pequeño se acercó a ella.
-Hola pequeña!- dijo la mamá de Dougie. -Como te llamas?-
-Hola señora, me llamo Bingo.- dijo la pequeña Heeler Naranja.
Dougie jaló del brazo a su mamá para llamar su atención.
✋-Mamá, ella es la dueña de Chico Tortuga?-
La mamá de Dougie volteó para ver a Bingo y preguntar si ella era la dueña de Tortuguita.
-No señora, yo encontré a Chico Tortuga aquí y no me lo llevé por que mi papi me dijo que talvez su dueño vendría más tarde por el pero no vino.- dijo Bingo.
-Entiendo.- dijo la mamá de Dougie. -✋ Ella no es la dueña de Tortuguita, cariño. Solo jugaba con el.-
Dougie se emocionó por este hecho y le comunicó a su mamá que quería jugar con Bingo.
Bingo accedió a jugar con el cachorro quien, al conocer a alguien nuevo le emocionó.
Bandit observaba aquel momento con algo de curiosidad y se acercó a donde estaban los tres.
-Hola! Tu eres la mamá de este pequeñin?- preguntó.
-Si, es mi angelito, es sordo de nacimiento pero nos las arreglamos para seguir adelante.- dijo la mamá de Dougie.
-Que es "sordo"?- preguntó Bingo.
-Bingo, que te he dicho sobre escuchar las conversaciones ajenas?- dijo Bandit.
-Lo siento.- dijo Bingo agachando las orejas.
-No te preocupes, está bien.- dijo la mamá de Dougie.
Y entonces le explicó a Bingo sobre la condición de su hijo de manera que la pequeña Heeler Naranja pudiera comprender lo que le decía.
Pero al final del día a Bingo no le importaba ya que había hecho un nuevo amigo y era algo que le emocionaba ya que a Bingo le encanta la idea de tener nuevos amigos con los que jugar.
Y esto era el comienzo de un largo viaje para ambos. Una nueva y emocionante aventura.
Horas más tarde, ambos se despidieron y regresaron a sus casas esperando con ansias el poder jugar otra vez con Chico Tortuga.