Capítulo 4

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Al llegar a casa, Yuna se quitó los tacones y abrió la puerta con despacio, procurando hacer el menor ruido posible, eran cerca de la una y lo que menos quería era llevarse un regaño de su madre

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Al llegar a casa, Yuna se quitó los tacones y abrió la puerta con despacio, procurando hacer el menor ruido posible, eran cerca de la una y lo que menos quería era llevarse un regaño de su madre. Encaminándose con cautela hasta su habitación y al llegar cerró tan rápido como pudo la puerta y le puso el seguro, tiró sus zapatos a un lado de la pieza y rápidamente corrió hasta su cama, echándose en esta y tapándose la cara con ambas manos. Su respiración volvió a cortarse, y sus pies patalearon con desespero, recordar el inexpresivo rostro de aquel rubio solo provocó que aprete con más fuerza los ojos, era inmensa la pena que yacía dentro de ella.

*

─ ¿Cheese? ─ Preguntó con el ceño fruncido, y casi de forma instantánea su cara se dibujó en terror extremo una vez el flash del celular de ese chico había chocado contra su rostro. ¿Les había sacado una foto?¿Qué demonios...? ─ Como si por instinto se tratara, apoyo ambas manos sobre del pecho del más alto y lo empujó a un lado, escapándose por fin de la prisión bajo sus brazos en la cual se encontraba atrapada.

Horrorizada caminó con frenesí hasta el chico quien burlón miraba la pantalla de su celular y la foto algo curiosa que había tomado de la dupla. La coreana tomó rápidamente el aparato, que para su mala suerte se había apagado y al encenderlo se llevó una gran sorpresa: tenía contraseña.

Con indignación miró al joven y este se encogió de hombros.

ー¿Qué crees que haces? ¡Desbloquea el maldito celular y borra esa foto!─le exigió.

─por supuesto que no ─respondió el moreno, recuperando su móvil y guardándolo en su bolsillo.─ esta foto es una minita de oro.

Yuna entrecerró sus ojos fulminándolo, pero el chico no parecía intimidado por su mirada.

De pronto, tras de ella, escuchó los pesados pero ligeros pasos del rubio acercándose hasta la escena. Su cuerpo se tensó al sentir la gran mano ajena posarse sobre su hombro, enviando una extraña corriente a través de su espina, impidiéndole gesticular alguna palabra. Solo se quedó quieta, esperando a que el mayor soltara alguna frase.

─¿Tan poca gracia tienes? ─habló calmado Park, apretando levemente su hombro.

─Y-yo no creo que-

─¡Shh! ─la calló instantáneamente, Yuna por instinto selló sus labios.─ Quédatela Donghee, al fin y al cabo no se llegó a nadie interesante ─aunque la pelinegra no lo miraba, sabia que esos penetrantes ojos oscuros estaban posados en ella, con la única intención de provocarle, pero no de una forma sana.

El chico frente a ellos sonrió victorioso.

Un momento, ¿Había escuchado bien? ¿No le importaba en absoluto esa foto?

El pequeño grupo de personas incluyendo al fotógrafo, se habían retirado murmurando entre ellos. La boca de la coreana se abrió en una perfecta "o".

❝𝐋𝐎𝐕𝐈𝐍𝐆 𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋❞ ─── 윤훈 YunHoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora