por qué

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Advertencia: Kelly es más joven que Sergio

Max había anunciado que salía oficialmente con Kelly, su padre había rematado el corazón de Sergio al decir que su hijo y la bonita omega llevaban meses con el cortejo. Meses, prácticamente los mismos meses en los cuales dejo que su tonto lobo y corazón se ilusionaran con la idea de ser pareja del alfa.
Después de la fallida espera en la playa, Verstappen no le había buscado para disculparse por nunca aparecerse en el lugar en el que lo citó, Sergio entonces se sintió patético ¿A caso solo él y su lobo eran capaces de sentir con el alfa la conexión de parejas destinadas de la que tanto le hablaron en la escuela y con su familia?
La parrilla entera lo miraba con algo de lástima, incluso aunque lo negaran era más que evidente, Christian intento ayudarlo para que se topara el menor tiempo posible con el primer piloto de Red Bull, pero muchas actividades los involucran si o si a ambos, agradecía mucho que en la última grabación que tuvieron con Yuki y Pierre, el japonés quien ya estaba al tanto de la situación por ser uno de los pilotos más cercanos a él, le haya ayudado a escaparse de Max al terminar todo. No entendía por qué Max quería seguir tan unido a él, por qué el alfa parecía seguirlo como un cachorro desamparado, por qué seguía viniendo a él cuando tenía un mal día o algo no había salido como quería, por qué seguía exigiéndole abrazos o por qué le robaba besos desprevenidos muy cerca de los labios cuando festejaban como equipo ante la victoria de una carrera, él ya tenía a alguien más, estaba seguro que Kelly podría hacer eso y más.

Kelly, Kelly Kelly.
Una de las omegas más bonitas que Checo había conocido, tenía también una hija adorable, la cual ya podías ver seguido por el área de red bull jugando, corriendo o buscando a Max para protagonizar escenas preciosas dignas de una relación de padre e hija, el tapatío solo podía pensar en lo buen padre que parecía ser el alfa que había roto su corazón quizá sin intención. Posiblemente debió suponerlo, Emilian tenía muchos menos años que él, por lo que era más que obvio que preferiría a una o a un omega jóven, más fértil, más fuerte, más vital, que tuviera menos complicaciones para darle cachorros, Sergio sabía que ante los parámetros sociales él ya no era considerado como un omega jóven y fértil.

Era consciente de que debía poner límites, y parecía que poco a poco lo lograba. Mientras intentaba descansar en su habitación después de que una tormenta suspendiera el entrenamiento de la siguiente carrera, se permitió observar las gotas de lluvia caer por la ventana, todo se mantenía igual en el mundo exterior incluso ahora que sabía que Max nunca había sido suyo, el mundo seguía girando, el sol continuaba saliendo cada día, la luna seguiría siendo tan hermosa y blanca, el mar y los ríos seguirían siendo lo que son, y las montañas no caerían de la nada. Pero si todo continuaba igual, porqué su corazón y su lobo no podían volver a ser lo que eran antes de descubrir sus sentimientos.

Estaba seguro que saldría de la tristeza en la que su lobo y él se habían hundido, Yuki le repetía cada vez que lo atrapaba llorando por Max que en alguna parte del mundo estaba su otra mitad, esa persona que cuidaría su corazón y lo amaría como merecía, su hermana le decía algo parecido cada noche que le llamaba para saber cómo estaba, incluso había bromeado con organizarle una cita con una de sus amigas alfa llamada Carola, quién de acuerdo con Paola, admitió estar interesada en él, y aunque en ocasiones le seguía la corriente a su hermana diciéndole que le organizará una cita con la alfa, nuevamente se sentía inseguro por la diferencia de edad, Carola era más jóven que él, y sinceramente no quería repetir la historia. Sus amigos lo animaban a enamorarse nuevamente, que viviera el duelo que el ojiazul le había dejado, pero que no se cerrara a la oportunidad de ser amado y amar.

Pero, incluso sabiéndose capaz de superar al alfa ¿Por qué seguía quedándose mudo ante la mirada intensa de Max? Todo lo que ese alfa involucraba era lejano y ajeno, sin embargo sentía que sin él ya no hay más nada. En ocasiones se encontraba soñando con que fuera a buscarlo, lo imaginaba en una carroza blanca como los cuentos de antes, pero en la realidad Max seguiría ahí siendo feliz con Kelly mientras Sergio vivía en un mundo de fantasía.
Los tontos cuentos de príncipes azules, hadas madrinas y el vivieron felices para siempre no existían, todo fue siempre mentira, porque de no ser así, no debería sentir que sin Max ya no hay más vida.

este amor ya no es mi amor » chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora