Las palabras de Checo calmaron la tormenta de celos en el corazón de Max. Se dio cuenta de que había dejado que su inseguridad se apoderara de él y había juzgado equivocadamente a su novio.
Max abrazó a Checo con fuerza, disculpándose por sus desconfianzas. "Lo siento, cariño. No debería haber dudado de ti. Confío en ti".
Checo sonrió y besó suavemente los labios de Max. "Entiendo tus preocupaciones, pero debes creer en nuestro amor. Nada ni nadie puede separarnos".