Cartas a la Luna

Sol y Cometa

Cometa me invitó a pasear.

Ella me hace sentir bien la verdad, es una buena amiga, me llevó a un lugar que me gusta bastante, ahí se brillar muy bien.

Me llevó a ese lugar llamado teatro, pero esta vez fui a ver a otras personas expresar su brillo.

Estaba muy emocionado por ir.

Recuerdo que antes de salir en camino, Cometa me llamó:

-Hay un pequeño problema, aquí está Luna.- Fue lo que dijo.

Mira Luna, incluso te haz convertido en un problema, antes eras tantas cosas buenas, ahora pareces un Agujero negro.

-Que me importa.- Contesté y continué arreglandome. De todas maneras debo acostumbrarme a verte, estamos en el mismo sitio.

Cuando llegué al lugar Cometa dijo que ya te habías ido, me alivió un poco, para que mentir, lo que menos quiero es verte.

Es horrible sentir que estoy al borde de un ataque de pánico solo con imaginar tu rostro, me apagaría.

Llamame traumado si eso te causa gracia.

La función fue increíble, conocí mejor a Cometa y ella a mi.

Me llamó hermoso y me regaló un anillo, no mentiré, sus ojos de té me tranquilizan. Siempre me prestaba atención cuando hablaba, incluso cuando cortaba el tema para tararear alguna melodía, le causaba gracia y verla reír me hacía sonreír a mi.

Habían algunos meteoritos algo celosos de nuestra felicidad, pero bueno, supongo que siempre habrán personas en medio.

Incluso mis ojos se nublaron de emoción al sentir felicidad en el pecho, después de días difíciles por fin volvía a sentirme mejor, todo gracias a Cometa.

Y no Luna, no pensé en ti.

Realmente feliz..

El Sol.