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Naruto ni Omamori Himari me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.

Sin mas que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo de mierda.

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Sentado en el frío techo se encontraba Naruto, Himari estaba preparando la cena por lo que tenía tiempo unas dos horas lo mucho pero era tiempo suficiente.

Sentado en el frío techo se encontraba Naruto, Himari estaba preparando la cena por lo que tenía tiempo unas dos horas lo mucho pero era tiempo suficiente

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[Nota: Algo asi]

Admiraba la luna.

Llevaba un yukata de tono rojizo su espada yacía a unos centímetros suyos al alcance de su mano.

A diferencia de la gente común Naruto odiaba la ropa occidental, era demasiado rígida para su gusto, a diferencia del yukata y su ropa.

Por ello era que en su casa usualmente se ponía sus yukata o nemaki, no veía la necesidad de escupir en la herencia de su nación poniéndose ropa occidental solo por gusto.

En la calle usaba ropa normal debido al simple echo que muchos lo detenían para hacerse fotos junto a él, después de la tercera vez que sucedió se obligó a meterse en ropa occidental, esto se debia a que parecia mas un animal de zoológico que una persona y en la escuela era por obvios motivos el porqué lo usaba.

Tsukuyomi estaba feliz, podía verlo, la luna brillaba mostrando cuan hermosa era, elegante y fría, el viento cantaba la dulce melodía para ella.

Naruto sostenía en sus manos un instrumento musical, hace ya varias semanas no lo tocaba podía sentir sus dedos estar fuera de forma.

Pero el amaba tocarlo.

Entonces sus dedos se movieron.

Y la melodía comenzó.

Suavemente Naruto tocaba mientras que disfrutaba cada sonido que salía de aquel biwa, fue un regalo de su maestro, algo que él atesoraba como pocas cosas que en este mundo.

La melodía había detenido todos a su alrededor como si la misma Luna estuviera escuchando, parecía brillar en aprobación por cada una de sus notas.

Amaba.

Naruto amaba la música, cada melodía que salía de sus dedos era llena de amor, suavemente siguió tocando viendo la luna, todo era perfecto, incluso está hermosa noche.

Podía verlo, ayakashi pequeños saliendo de sus escondites para oírle tocar, incluso algunos se movían de un lado a otro en la acera disfrutando su música, eso le llenaba de alegría.

Demonio ¿Yo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora