Corta, ya.

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—Corta, ya.

Dice pasando de largo a otro lado, el hombre al teléfono ajusta su postura alejándose sólo un paso e ignorando que acaba de gritarle a la persona del otro lado de la línea.

Es irritante, tanto le molesta que piensa seriamente en arrancar el maldito teléfono de la pared. Su idea se desdibuja cuando sabe perfectamente que la pared se vendrá abajo y hay... hay demasiado ya para arreglar como para hacer esa estupidez y recibir una mirada de cansancio de su chico. Pero lo piensa.

La idea de que esté hablando con Marla una vez más cada noche, como una costumbre de años, hace que le pique el cuerpo y empiece a saltar para entrar en calor en los pasillos. Los tablones de madera rechinan bajo sus pies con las botas de lluvia, a pesar de no estar lloviendo. Piensa en hacer algo, lo suficiente como para drenar la rabia que siente pero lo único que piensa es en tener sexo exótico con Marla. Mueve los brazos en círculos sabiendo la contractura que tendrá y tiene la sensación de incomodidad como rara vez sucede con su propia ropa.

Tyler Durden está arruinado por el chico de Ikea y no le gusta la idea.

"Mierda, joder..."

Entonces escucha el tintineo del plástico del teléfono en pared, suave, como meditativo y alza su mirada buscando algo del hombre. Su rabia se desvanece, pero la irritabilidad queda aún latente. Deja de saltar y empieza a mirar por las ventanas, revisando y danzando en este movimiento de "estoy haciendo algo, no fingo demencia". Y el rostro curioso de Jack asoma y se apoya en el marco húmedo, cruzandose de brazos. Sabe que la llamada fue inquietantemente corta cuando usualmente dura un tiempo, no escuchó una despedida.

"¿Qué sucede?"

"¿Qué...?"

Finge demencia. Hay un fantasma de sonrisa en la boca de Jack que le preocupa, se siente atrapado, relame sus propios labios recobrando su postura y mira el límite de la pintura de la pared detrás del otro, está consumida por la humedad. Mohosa incluso.

"Nada..." La voz de Jack es firme a la vez que suave, como si no quisiera imponer que "Hombre, obviamente está pasando algo más aquí" pero terminando el momento como si él tuviera razón en algo. Está pensando demasiado, no puede evitar mirar el borde de la camiseta que trae puesta. "¿Quieres comer algo?" entonces Jack dice, ya encaminándose a la cocina en búsqueda de algo que no recuerda haber visto.

"Si, podría..."

Entonces la sorpresa es que Jack compró hamburguesas y dos cervezas, hamburguesas de comida rápida simples y sin mucha gracia pero grasosamente saludables (no de un lugar reconocido, por cierto). Jack le tiende su hamburguesa mientras le sonrie sin mostrar sus dientes, mientras se sienta en una silla apartada de la mesa que está con la grasa de las liposucciones derramada y embolsada.

Muerde su hamburguesa mientras se quita los lentes de sol y las tira en algún lado, se sienta en una silla cerca de Jack. Sus papilas gustativas ya algo oxidadas por el tabaco reconocen el sabor de la carne, la mayonesa, da dos mordiscos más con hambre mientras se da cuenta que Jack lo observa atentamente. Probablemente buscando su aprobación. Ve su hamburguesa entre sus dedos, él sólo dio un mordisco.

Relame sus propios dedos, especialmente su pulgar, hay mayonesa en él, pero no aparta sus ojos de los verdes oliva del otro hombre. Chupa su pulgar sin importarle si está limpio o no, sus manos se lavaron hoy temprano, antes del desayuno y el sabor salado no le importa. Sólo le importa Jack y sus labios cubiertos por aceite donde evita no morderse el labio inferior y le causa un cosquilleo en el pecho verlo.

Marla nunca tuvo oportunidad.

Lo siguiente que sabe es que se están estrellando en la mesada sucia de la cocina, la hamburguesa se desarma en el suelo, ensuciando aún más las baldosas. Se comen la boca, respiran como drogadictos, inhalando tanto como pueden mientras aprieta lo que alcanzan sus manos y el sólo hecho de pensar en que Jack estará completo con su pene lo vuelve loco.

El aceite de las hamburguesas en sus bocas se esparce por la piel de sus rostros, siente el sabor de la carne asada y algún rastro de mayonesa. Jack tiembla en sus brazos y se siente drogado con la mejor coca. Baja los pantalones de dormir del otro hombre y aprieta la piel entre sus piernas, el grito que escapa de la boca de Jack, agudo, le hace sonreír y siente un jalón de su cabello como protesta, tararea divertido ahora olfateando la nuez de adán del hombre. Se vuelven a besar para continuar con el sexo rápido en la mesada de la cocina, no recuerdan haber lavado los platos hace dos semanas, pero poco importa mientras se arrancan la ropa.

Necesita pensar en cómo solucionar las llamadas nocturnas de Marla, tal vez tendría que apretar a Jack justo cuando esté hablado con ell-

Un tirón de uno de sus mechones y el apretón de los muslos de Jack en sus caderas lo distraen lo suficiente como para mirar hacia abajo.

"Concéntrate" Jack dice, un breve color en sus mejillas brillantes de sudor y aceite probablemente, tiene sus cejas fruncidas hacia abajo y ojos tan drogados como él debe verse ahora mismo. Sonríe para él.

Pensará en Marla en la mañana siguiente. 

Fragmentos (TylerxNarrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora