«★꧁༒1- 𝕆𝕛𝕠𝕤 𝕔𝕚𝕖𝕘𝕠𝕤༒꧂★»

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Todo fue tan bello, tan puro, tan irreal, como siempre pasa en el amor, cada como un sueño encerrado en la pequeña burbuja que lo protegía de todo, de las penas, de las maldades, de las crueldades del mundo, dejándolo solo a el, a su amado.

El nunca pensó sentir algo como eso, y menos por esa persona, pero lo hizo, con la ilusión, cada cosa que hacia su amor era una verdadera obra de arte hacia sus ojos.

Como caminaba, como lo miraba, todo, desde su lacio y corto cabello negro azabache con las puntas delicadamente grises hasta el abrigo que le llegaba a los pies, cada cosa de el era perfecta.

Como paso? Ni el lo sabia, no lo entendía, se negaba a creerlo, no podía... no debía... pero lo hizo, temblando, aduras penas hablaba pero encontró las palabras para decirlo, para dar a conocer sus sentimientos.

"T-te amo..."-apenas logro soltar al sentir la mirada de su amado, una mirada profunda, una mirada que intimidaria a cualquiera, pero una mirada con la que estaba maravillado.

La felicidad, no podía describir la felicidad que sintió en todo su ser cuando fue correspondido, estaba emocionado, confundido, asustado, pero sobre todo estaba rebosando de felicidad, tanto que no se dio cuenta de que sus ojos empezaban a cristalizarse con lagrimas.

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Años pasaron luego de eso, el inicio de todo esto fue hermoso, cálido, celestial. Aquel tigre había logrado llegar al corazon de su rival, bueno eso parecía, citas, besos, incluso llegaron a algo mas que eso, eran felices, ambos lo eran.

Uno, dos, tres años, incluso con las dificultades, incluso con las oposiciones, incluso siendo enemigos, nada de eso importaba, nada, nada mas que el amor mutuo que tenían.

Hasta ese día especial, matrimonio, amor,cariño, felicidad, todos eso salio de la boca del azabache al recitar solo una pregunta, la pregunta mas importante de sus vidas.

"Si!" Exclamo el mas joven, ilusionado, y desde entonces comenzó su nueva vida. La ceremonia fue pequeña pero especial, duro toda la noche, y se unieron de mas de una forma. Frente a las personas que mas significaban para ellos, desde el temido jefe de la mafia, hasta la mas joven miembro de Ada, incluso el doble negro estaba presente, peleando como era de costumbre, como los casados que ya eran, aunque cuando eran solo compañeros ya estaban las peleas de por medio.

Y asi su vida parecía completa, para el tigre a si era, no había nada mas que desear luego de eso, las cosas solo parecían mejorar cuando adoptaron a su pequeño hijo,fue un proceso largo pero lo consiguieron, aunque el bebe solo era del azabache biologicamente, atsushi adoraba como se parecía mucho a akutagawa, el era quien lo cuidaba diariamente y amaba al pequeño, no... no había nada que ellos no tuvieran, era un sueño... una vida perfecta, y digo, que mas podrían desear ellos dos?

No... no hay nada, pero, las cosas no solo pueden ser felicidad siempre, verdad? No, lastimosamente no todo dura.

Atsushi no lo notaba o no quería notarlo pero la ausencia del azabache le afectaba, había pasado... cuanto? Unos meses, donde su esposo solo se concentraba en el trabajo, eso le decía, casi no lo veía, su pequeño no lo veía, pero estaba trabajando, era comprensible hasta cierto punto, debia respetar eso, pensó que seria momentáneo, enserió lo pensó, pero no.

Despertar, comer y quedarse en casa, ya no era lo mismo sin el, y las pocas veces que si estaban juntos parecía frio y distante, que paso con aquel joven con el que se caso? El que era un poco amargado pero dulce, el que lo amaba aun siendo serio, cuando había cambiado tanto? Cuando comenzaron a distanciarse tanto uno del otro? No lo sabia.

No dejaría las cosas así, no lo haría, por que para el peliblanco sus sentimientos nunca cambiaron, su corazón aun latía por el amor que le tenia a su esposo y a su pequeño hijo. Trato de pasar tiempo de calidad con ambos, almorzando, visitándolo, cosas casuales pero significativas, solo queriendo volver a acercase.

Nada sirvió, el azabache solo parecía mas disgustado con el intento, dejo de intentarlo, talvez darle su espacio era mejor lo mejor, así que lo hizo, se concentraba en cuidar a su pequeño hijo, en la casa, mientras que akutagawa trabajaba, claro que el peliblanco no se olvidaba de darle cariño a su esposo, no se olvidaba de eso.

Pero el también tenia trabajo, su trabajo en la Ada aun no había terminado pese a los años, aun se sentía en deuda con todos ellos por ayudarlos en los momentos mas difíciles de su vida.

Entonces dejaba al bebe con Higuchi, ella parecía haberse encariñado mucho con el pequeño, y como akutagawa lo permitía, ella cuidaba al bebe mientras ninguno de sus padres estaba en casa. Aveces gin trataba de cuidar del niño después de todo era su tía, pero por alguna razon la rubia o el azabache inventaban una excusa para evitarlo, eran extraño pero atsushi no le vio nada de malo, después de todo, de seguro Higuchi y Akutagawa ya se tenían confianza luego de años de trabajo juntos.

Eso le parecía genial a atsushi, que akutagawa tuviera alguien que lo ayudara en su trabajo y que se llevarán bien, eso lo aliviaba ya que akutagawa no era del tipo sociable.

Pero empezó a sentirse incomodo al ver a akutagawa estar mas tiempo con su compañera con el siendo su esposo, no se lo dijo a akutagawa-"solo estoy exagerando"-se decía el mismo, confiaba plenamente en akutagawa, el no lo engañarla luego de tantos años de matrimonio, verdad?...

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Eso pensó el trato de convencerse en que solo era un exageración, pero no, esa tarde llego unas horas mas temprano a su casa, la razón? Cierto ex profesor de matemáticas y un bejito pelirrojo habían ido a buscar a el manito suicida por que se había llevado a la pequeña bendición del doble negro para jugar y de paso evitar su trabajo.

Al llegar quiso llamar a la puerta, lo hacia aun con la llave desde que su pequeño hijo aprendio a caminar, pero escucho ligeros sonidos, gritos ahogados, gemidos y unos cuantos jadeos, el se quedo un poco shockeado por esto, quería estar escuchando mal, rezaba por eso, pero cuando abrio la puerta, dios, estaba asqueado.

Todo su cuerpo quedo helado, estaba tonito, en shock, estaba disgustado, pero hay estaba su amado esposo f*llando con su compañero de trabajo a la mitad de la sala, de su casa.

La ira lo lleno, la rabia lo cegó, no solo el, el tigre estaba furioso también, no puso cuando pero su habilidad se activo en su brazo antes de agarrar a la rubia de los cabellos y empujarla haciendo que cayera al suelo con fuerza.

Grito, mierza, grito como nunca antes en su vida, quería una explicación, una razón, como le pasaba esto? A el, que solo quería seguir siendo feliz con su familia, por que? Luego de se esforzo, por que carajos?

No lo pensó ni dos veces antes de sacarlos de la casa, con los llantos del bebe de fondo, quien se había despertado por el ruido, ambos se gritaban, atsushi y akutagawa estaban peleando, el azabache defendiendo a su amante cubriéndola con su abrigo, y el tigre furioso, tratando de arreglar su matrimonio o bueno... lo que quedada de el.

Salieron y el peliblanco se quedo hay, furioso, triste, destrozado.... ya no sabia ni que pensar y los llantos del pequeño no ayudaban, trataba de calmarlo pero, como hacerlo si ni el podía cesar su propio llanto.

Sin duda la tarde mas difícil de su vida, no importaba todo lo que le había pasado en el orfanato, con la mafia, incluso cuando vivió el la calle, akutagawa lo había ilusionado tanto y lo había roto hasta lo mas profundo de su ser.

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