En el tren.

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Distraída en las páginas del libro que leía entre las manos, apenas se entero cuando Oliver entro en el compartimiento del tren en busca de un lugar silencioso donde planear nuevas estrategias de Quidditch (¿En serio? ¡Por Merlín! ¡Apenas comenzaba el año! Y Wood ya estaba planeando sus jugadas para la próxima temporada), antes de que los gemelos Weasley también entraran en el compartimiento, buscando a quien molestar. ¡Bingo!

En su cabeza, se entrecruzaron las palabras de Fred, George y Oliver con las palabras que leía; calles londinenses, ropa de época, Quidditch, sonrojos, descanso, Oliver y el nombre de la protagonista en la novela... ¿Cuál era? ¡Acababa de leerlo y ya lo había olvidado!

Cian levanto la cabeza del libro para pedir a los tres chicos que se callaran o salieran del compartimiento justo al momento en que uno de los gemelos (Fred o George, quien sabe cual de los dos. No podía distinguirlos) la agrego a la discusión, comparando su afición por los libros con la obsesión por el Quidditch de Oliver. ¡Golpe bajo! Ella, definitivamente, no rayaba por la literatura como Wood rayaba por el deporte.

Dejo el libro a un lado, sobre el asiento y se levanto, preparada para defenderse, cuando Wood le arrebato la palabra y se encargo de defenderse a costa de la muchacha. Ofendida, Cian se escabullo entre los gemelos y el capitán de Gryffindor.

-¿¡Disculpa!? -Cian se planto frente a Oliver sobre las puntas de sus pies. En comparación con ella, los tres chicos eran mucho más altos -. ¿En verdad quieres hablar de gente tonta, Wood?

-Claro, ¿Por qué no, Cian? Hay muchos tontos en el mundo, como los que olvidan lo que deben hacer por leer.

-¿Seguro que quieres hablas de esa clase de tontos? -la chica se bajo de sus puntillas y dio un paso hacia el muchacho -, porque también hay tontos que no hacen lo que deben por jugar Quidditch.

-Y también hay tontos que no saben jugar Quidditch -dijo Oliver, dando un paso hacia Cian. Sus ojos cafés ardían, desafiando a los ojos negros frente a él- porque no saben cómo volar una escoba.

Los gemelos observaban de cerca la discusión, con atención. La pareja frente a ellos se encontraba tan enfrascada dentro de su enfrentamiento que no se percataba de lo peligrosamente cerca que se arrinconaban el uno al otro a cada palabra que se arrebataban, pero ¡para su fortuna los gemelos Weasley estaban presentes! El primero en notarlo fue George, cuando le dio un leve codazo en el brazo a Fred.

Solamente un paso corto los distanciaba. Oliver se inclinaba sobre Cian, mientras ella lo enfrentaba estirándose hacia él con la postura recta, alzando el cuello y sacando el pecho. Hacia sospechar que de un momento a otro se levantaría en sus puntillas otra vez.

-¿Sabes, George?

-¿Sí, Fred?

-Creo que terminarían de discutir...

-... si se besaran -George miró a su gemelo y Fred le devolvió la mirada maliciosa. Probablemente, siempre fue una costumbre completar las frases del otro y compartir las mismas ideas maquiavélicas-. Pero ellos no se han dado cuenta.

-Por eso hay que darles un "pequeño" empujón, Georgie.

-Me parece bien, Freddie. ¿A las tres?

-A las tres -los gemelos se acomodaron; Fred junto a Oliver y George al lado de Cian. La cosa ya se había acalorado lo suficiente. Era momento de enfriarla un poco. George vio que Fred levanto tres dedos y también vio cuando los bajo. Primero el anular (uno...), después el medio (dos...) y por último el índice (¡tres!). Empujaron a Cian contra el muchacho y la chica se estrello contra Oliver, sujetándola por los hombros, mientras ella se apoyaba sobre sus costados y la punta de sus zapatos se rozaba.

¡Esto no es un partido de Quidditch!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora