Prólogo

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Estoy mirando al cielo en este momento

Me preguntó que me dirías si me vieras en este momento

La gente a mi alrededor se la pasa diciendo que debería dejarte descansar porque era tu momento, pero que pueden saber, si son las mismas personas que no me dejaron despedirme de ti.

Aún recuerdo el día de la noticia, estaba tan cansado del mundo que simplemente me tire en la cama con la mochila aún costado de mi, había sentido que era el peor día del mundo y tenía que hacer un examen, la cabeza me palpitaba y quería mandar todo a la mierda, aún así recordando los ánimos que me habías dado meses antes decidí que era una buena oportunidad.

Ni siquiera había visto los resultados del examen cuando en un mensaje pude leer las palabras mas frías y sin tacto que creí que recibiría.

Falleció hace unos momentos y se quería despedir pero me dijeron que no tenías tiempo

Me levanté de golpe revisando una y otra vez que mis ojos no me engañarán, quería que fuera solo una jodida broma de mi papá para que lo visitará y me dijera que era una escusa, con las manos temblando le marque, tenía un nudo en mi garganta que ni siquiera dejaba que el aire entrara a mis pulmones, recuerdo escuchar la voz quebrada de mi papá diciendo es verdad, ya no está aquí.

Grite con todas mis fuerzas mientras hundía mi cara en una almohada que comenzaba a sentirse húmeda, estaba llorando estaba seguro de eso, mi garganta me ardía y no podía hacer nada más que tratar de procesar la noticia, el que habia sido mi padre, mi querido abuelito me había dejado, recordé sus últimas palabras sintiendo como mi corazón se presionaba.

Cuida a tu mamá y no descuides a tus hermanos, eres mi pequeño cielo y debes de brillar con el sol y las nubes, te veré de nuevo y veremos nuestra película favorita.

Aprete la almohada contra mi rostro gritando con mucha más fuerza, rogaba que no escucharán mi llanto en ese momento, esa promesa y esas palabras calaban en lo más profundo de mi ser; el sonido de la puerta me llamo la atención, no levanté mi rostro de la almohada estaba seguro de que mi familia había escuchado mis quejidos que apenas si podía ocultar.

Una mano cálida se puso en mi espalda subiendo y bajando lentamente, la voz de mi mamá apenas se sentía presente mientras sentía como quería conciliar me, pero ni siquiera me atreví a mirarla solo podía escuchar levemente como decía.

No te dejarán ir, recuerda que tu tía está enferma y está sensible, si vas a verlo seguramente traeras algún virus.

Me aleje de la almohada y la mire, su mirada se veía triste al ver mi rostro, sabía que había estado llorando por un buen rato, abrí mi boca con la intención de decir algo, de preguntar el porque, una justificación que me detuviera de ir.

Si sabia que mi tía estaba enferma, pero, estaba perdiendo un pedazo de mi vida, estaba perdiendo mi mundo entero, estaba dejando ir a la única persona que consideraba mi pilar de vida.

Podia alejarla de mi y salir corriendo pero la imagen de mi abuelo paterno golpeándola con un palo de escoba regreso a mi mente, la habían golpeado antes por salir de esa manera y no quería hacerla sufrir de nuevo.

Cerré la boca y solamente señale la puerta, por un momento dudo en quedarse lo sabía, pero finalmente se fue, corrí a la puerta y le puse seguro, me lance a la cama y me volví a hundir en la almohada, llore, llore como si no ubiera un mañana, no me iba a despedir, no le podria decir adiós, no podía agradecerle por todas sus palabras, por su apoyo y su cariño.

No le iba a decir lo mucho que lo amaba, y menos podría decirle que no se preocupara por mi, solo me quedaba llorar en la cama pensando en el, no se sentía real, era una maldita pesadilla, de esas que te quita el sueño, de las que te hacen despertarte en medio de la noche sudando y desubicandote.

Te extraño

Fueron lo único que había podido soltar entre llantos, ya ni siquiera sentía el tiempo pasar, no sabía si había pasado minutos o horas llorando, me ardía y me dolía, con un demonio ese dolor no se lo deseaba a nadie, perder a alguien que era tu luz cuando intentaste quitarte la vida era el infierno.

Sin saberlo estaba hechando le la culpa a mi familia por impedirme verlo, 6 meses sin noticias de el, sin saber que había enfermado y solo pensando en que veríamos nuestra película favorita cuando nos viéramos, no había sido un adiós si no un hasta luego, pero ahora no había nada.

Estaba un recuerdo, estaba el dolor, estaba el enfadó, porque me lo había arrebatado la vida de esa manera, porque en ese momento, porque no podía esperar a que estubiera bien y no cuando me sentía horrible, porque tenía que arrebatarme a la única persona que me decía que me amaba.

Lo odiaba, con todo mi ser, pero odiaba más a las personas que me impedían verlo, ya ni siquiera estaba llorando, simplemente escuchaba las voces enojadas detras de la puerta y mi respiración que aún estaba pausada, ya no quería, queria que todo se detuviera, queria regresar en el tiempo y decir que no deberíamos esperar tanto, queria pasar más tiempo con el y agradecerle pero no podía.

Ese día había sido un infierno y solo recordaba que al final de mis gritos la notificación de que había pasado el examen para ingresar a la escuela que había elegido mi familia llego, me sentía mucho peor, que solo me límite a jalar la cobija y cerrar los ojos.

Sabía que cuando despertara ni siquiera podría ir al entierro de lo que era mi cielo y mi vida, simplemente podría escuchar su voz en mis recuerdos y su cariño en mi corazón.

Y me preguntó si estás enojado conmigo, te extraño, no puedo ni siquiera ver tu foto sin sentir que te debo algo, que te extraño, y me duele talvez esto debe de ser así y no debería de quejarme.

Pero, ¿Que dirías Abuelito? ¿O debería decir Cielo?

Un Anhelo En DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora