Baje las escaleras para ver el comedor, apenas y se podía decir que me reconocía a mi mismo, habían pasado algunos meses desde que había pasado el funeral pero mi aspecto explicaba como me sentía al respecto, tenia las ojeras marcadas, el cabello maltratado y según las palabras que me decía toda mi familia había bajado de peso significativamente; en resumen, era un desastre andante y no estaba haciendo nada al respecto para cambiarlo.
Podían juzgarme lo aceptaba para ese puno en realidad ya resultaba extraño si no recibía algún comentario sarcástico, pero. . . . tenían razón, ¿Por que me quejaba de mi vida cuando se suponía que lo tenia todo?, ¿Cuál era la razón por la cual en mi cabeza no entraba la idea de que tenia la vida casualmente resuelta y seguía "sufriendo"?, iba a la universidad por la que todos peleaban cada día jactándose de que estudiaban ahí, tenia amigos, mi familia me ayudaba hablando de los materiales escolares y en algunos gastos que me llegaran a surgir, tenia salud. . . pero si todo eso era así. . . . ¿Por que me sentía vacío?
No podia ni siquiera responderme a mi mismo esas preguntas, no era algo comun pero entonces que era; trate de alejar esos pensamientos que rondaban todos los dias en mi mente, me asome por el marco de la puerta de la cocina, apenas eran las 7:30 de la mañana pero tenia que evitar a toda costa encontrarme con alguien, encendí la estufa y coloque la cafetera con la poca agua que tenía dentro. Me dije a mi mismo que ese día las cosas serían diferentes, que esa sensación se iría después de un rato, divague varios minutos hasta que el sonido de que el agua estaba lista me saco de mi mente, de manera mecánica me prepare un café, trate de tomarlo mientras leía de reojo los mensajes que me habían estado llegando desde la semana anterior, todos eran de mis amigos más cercanos preocupados porque no sabían nada de mi, ni siquiera el que iba a la misma universidad se llegaba a topar o a enterar de lo que me llegaba a pasar.
Me hacía gracia saber que se preocupaban por mi varias personas pero eso no me hacía sentir el mínimo interés, opte por ignorar de nuevo como iban apareciendo notificaciones sobreponiendose en el intento de distracción que se reproducía con lentitud en mi celular, como si fuera poco los pasos de alguien acercándose me obligaron a terminar de manera apresurada mi "desayuno", apenas y estaba dejando la tasa aún lado cuando comenzó a hablar.
- El examen de derecho. . .- Comenzó con calma mi tía
Apenas si entendí a qué se refería cerré los ojos con fuerza, la última vez que había conversado con ella lo único que notaba era como sus labios se movían, nadie lo sabía pero si me gritaban con mucha fuerza parecía como si las palabras no llegaran a mi, solo escuchaba un molesto pitido que se desvanecía después de los gritos, y ella era de las primeras personas de las cuales solo podía ver cómo sus labios se movían la mayoría de las veces.
- Diez - la corte mientras me ponía de pie- Me tengo que ir
Ni siquiera me moleste en recibir una respuesta y salí con prisa de la cocina, cerca de la puerta y tirada en un rincón estaba mi mochila, la agarre sin cuidado; saliendo de casa era lo mismo, varias personas me saludaban y deseaban buenos días, siempre fue así pero precisamente ese día se sentía peor que de costumbre. El camino a la universidad había sido lo más monótono posible, con música y mirando como los edificios se iban quedando atrás mientras avanzaba.
Lo primero que note al pasar por la puerta del salón fue esa punzada cuando todo el mundo te mira, no era especialmente risueño pero podía decir que no era antipático con nadie en ese lugar, me senté donde era habitual segunda ilera, en primera fila, junto a mi como era normal estaba Catí, era una chica de tez clara, su cabello era completamente negro, sus ojos tenian un tono cafe claro realzando lo anterior, podia decir que era linda además de que solía vestirse con ropa de tonos pastel dandole un toque adorable,se había sentado en ese lugar el primer día y desde ahí se había autoproclamado mi amiga, en realidad no me molestaba pero tampoco era agradable que preguntarán cómo estás todos los días, cuando pase frente a ella me mostró una radiante sonrísa a lo que solo asentí.
ESTÁS LEYENDO
Un Anhelo En Dolor
RandomLa historia se centra en un joven de 20 años que trata de superar los obstáculos que se van presentando en su vida, en el camino conoce a varias personas que tratan de ayudarlo pero el realmente es apático al respecto. "Porque demonios se me acerca...