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Chapter Forty-Three

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-¿Todo bien?.- la voz desde la otra línea preguntó, Mina se estiraba con el celular en alta voz en su tocador, estar en una misma posición por al menos 20 minutos no era bueno.- 

-Si, solo acabó de salir de una sesión de fotos.- contestó mientras se arreglaba pequeños mechones sueltos.- ¿Tú qué tal? ¿Todo bien por casa?.- preguntó.-

-Si, solo... Ya sabes, la abuela sigue reacia a aceptar que no me casaré con ese tonto.- 

-Lo siento por eso... ¿Qué tal si te das un tiempo de ese lugar y vienes conmigo?.-

-¿Acaso esperas que la abuela muera? Si sabe que me voy contigo morirá.- 

-No tiene porque saberlo... Solo quiero que salgas de ese lugar, te está haciendo mal.- murmuró en respuesta.- ¿Qué tal si compró tu pasaje para dentro de dos días?.- 

-¿Lo dices en serio?.- 

-Muy, ¿Vienes?.-

-Claro, si, ¿Me esperarás en el aeropuerto?.- preguntó, Mina iba a responder cuando unos golpes en la puerta la distrajeron, una de sus maquilladoras, Myeong, asomo la cabeza.-

-Claro que sí, hablamos más tarde, ¿De acuerdo?.- recibió un "Hasta luego" y cortó la llamada.- ¿Pasa algo, Myeo?.- preguntó acercándose hacia la chica.-

-Enviaron algo para ti.- la japonesa abrió la puerta por completo, confundida, llevándose con la sorpresa de ver un gran ramo de flores entre los brazos de la menor.- Te lo envió una tal Chaeng.-habló con una pequeña nota en la mano.- 

-Oh, gracias Myeong... ¿Podrías, dejarme sola?.- preguntó tomando el ramo entre sus brazos, la menor asintió con rapidez y se alejó.- ¿Así que Chaeng?.- habló para sí misma mientras se acercaba al sofá individual que Nayeon le regaló para una de sus primeras sesiones de fotos con Tanhex.-

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Mina sonrió por eso. Sus amigas eran de las pocas que le daban regalos que realmente sabían que les gustaría. Al parecer Chaeyoung se había esforzado por ella, ya que Sana no era de hablar de sus gustos, aun cuando le insistían, al menos no si ella no estaba ahí, no quería decir algo incorrecto. 

Unos toques en la puerta la sacaron de su ensoñación, con una sonrisa dejo el ramo sobre el sofá y se acercó. 

-Lamento molestar, pero... Debemos seguir.- Chun, uno de sus diseñadores habló, asintió y salió detrás de él.- Me enteré de las flores... ¿Hay algo que tengas que decir?.- habló divertido, la japonesa soltó una risa tímida ante su sonrisa.- ¿Nada?.- 

-Nada, solo fue una amiga... .- contestó con la mano sobre la boca. Una amiga que desearía fuera más.- Oh, Chun.- el nombrado le prestó toda su atención.- ¿Podrías conseguirme algunas fresas para mañana? Y ¿Un peluche de tigre?.- preguntó antes de acercarse al centro del estudio.-

-Ah... Claro, ¿Cuantas quieres?. Yo podría ir con mi hija esta tarde a conseguir el peluche.- 

-Lo que consigas estará bien, gracias, Chun, en serio.- y con una reverencia se alejó del chico que solo movió la mano en señal de despedida.- 

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