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¿Existirán más "Raymans"?
Es una pregunta que se hizo Bullfrog al conocer a... Rayman, pues... El que dice ser héroe de un lugar llamado el claro de los sueños. Sigue siendo algo raro de escuchar pero bueno, puede ser cierto después de muchas cosas locas que han visto.
Bueno... Bullfrog sabía que existirían más variaciones de Rayman... Pero... ¿¡Por qué tiene que ser él quien se tope con ellos?
No sabe si sea mala suerte o el destino lo odia. Quizás ambas. Frente a él estaba un ser igual que Rayman, aunque con un cambio de color a tonos morados y azules, con ojos amarillo brillante.
Estaba... Saqueando una tienda de televisores... A no, los está rompiendo. Bueno, estaba vandalizando.
La rana se quedó en silencio mientras lo veía, pensando en como esto le pasa siempre a él. Pero bueno... Miró a la tienda donde entraron Ramón y Rayman, estaban haciendo las compras y el híbrido dijo que les esperaría afuera, no quiso entrar ya que era un día en los que los sitios de tiendas estaban al tope de gente. Pensó un momento en si intervenir o ignorarlo.
Ignorarlo era difícil, sobre todo ya que es literalmente al otro extremo de la cera. Nadie parecía hacerle caso.
Entonces llegó un guardia de seguridad, por supuesto que lo confundió con Rayman, hubo una leve persecución porque el guardia tropezó con uno de los televisores rotos y aquel ser morado se burló.
Sinceramente ver eso era divertido, rió ligeramente al ver al guardia gritarle e ir tras el de suéter azul. Era como una persecución de caricaturas.
Sacó una caja de jugo de naranja, le colocó el popote y bebió tranquilamente mientras observaba. El alienígena pasó por al frente de Bullfrog arrebatándole su jugo y le sonrió con burla mientras seguía corriendo.
— Ce type est fou, que veut-il ?
Se preguntó el híbrido, ahora quería que... El de pelo morado se cayó por haber tropezado con un niño. La rana casi se ríe de eso porque justo quería que se cayera, pero no se rió por respeto al niño que se cayó por culpa del otro. Bullfrog va a ayudar al niño, vaya situación de comedia.
— ¡Ya terminamos de hacer las compras!
— ... ¿Tienes que decirlo en voz alta?
— Eh... No sé
Ambos voltearon a ver a la rana, que ahora estaba recargada en la pared, parecía concentrado en lo que veía, al verle así ambos miraron lo que sucedía e hicieron muecas de fastidio.
