1. Él

132 15 4
                                    

El contacto físico es algo que siempre he visto y sentido presente y la vez tan lejano en mi vida. Todos los días es común ver a personas abrazando, besando o simplemente tocando a otras cariñosamente. Siempre me pregunté si algún día sería capaz de recibir ese tipo de cariño sin que me invadieran las ganas de llorar o entrara en pánico. 

Sin importar de quién se tratase, nunca me sentí cómodo al recibir ni un simple roce, para mí siempre significo algún tipo de peligro, era como arder en llamas y encontrarme tan vulnerable y fácil de romper. Un sentimiento tan horrible que quise evitar a toda costa, por este motivo me decidí a romper contacto con el mundo exterior, preferí sólo ver a los demás y de vez en cuando hablar, pero desde lejos. 

Y me sentía "feliz", viví durante 19 años alejado sin sentir la necesidad de cambiar o mejorar para algo o alguien. Al menos eso me hice creer, hasta que lo conocí. 

Fue en una mañana de diciembre, justamente mi estación del año favorita. Esa mañana empezaban mis no tan ansiadas clases de recuperación de la materia de literatura, para mi suerte no era el único que perdería, al menos, la mitad de las vacaciones de invierno, varios de mis compañeros estaban en la misma situación. Todos los rostros y aspectos presentes en el salón de clases ya eran conocidos para mí, a excepción de uno, se trataba de un chico, desde mi lugar lo observe y note que era bastante alto, con cabello corto de color negro, labios gruesos y ligeramente rosas, ojos que parecían brillar y se hacían medias lunas al sonreír, además de algunos lunares en su rostro, lindo. 

Despegué mi vista de aquel chico en cuanto la profesora entró al salón, no porque realmente quisiera prestar atención si no que solo quise evitarme regaños y vergüenzas por distraído.  La profesora dio una breve explicación de lo que veríamos y posteriormente nos asignó parejas para el que sería el trabajo final, mi pareja asignada fue un chico con el que solía hablar algunas veces, llamado Lee Minhyung, Mark para sus cercanos. 

Mark se sentó junto a mí, evitando tocarme y alejando un poco nuestros lugares, cosa que agradecí infinitamente y comenzamos a planificar nuestro proyecto, o bueno, él lo hacía, inconscientemente volví a perderme por observar al chico desconocido para mí. 

—Es lindo ¿verdad? —murmuró Mark regresándome a la realidad. 

—Oh, sí— murmuré y dirigí mi vista a Mark —¿lo conoces? 

—Claro que sí, se llama Jeno y se podría decir es mi amigo, está en otro grupo, pero como está recuperando la materia al igual que nosotros y no hay muchos profesores disponibles lo pasaron con nosotros para ahorrar espacios y todo eso. — Explicó Mark con una sonrisa. 

—Entiendo, eso explica que no lo reconocí, quizá lo vi antes pero no lo recuerdo. — levanté mis hombros. 

—Es probable. Si te soy sincero es algo parecido a ti, le gusta pasar por desapercibido la mayor parte del tiempo y no es tan sociable, pero su personalidad es agradable, deberías acercarte y hablarle, podrían ser amigos — me guiñó un ojo a lo que solo asentí y sonreí.

¿Cómo le explicaba que no me sentía capaz?, es decir, no le temía, pero si sentía muchos nervios, ¿y si me tocaba?, ¿y si entraba en pánico frente a él?, definitivamente no quería eso. Pero a la vez me moría de la curiosidad de saber más sobre Jeno. Quería saber qué pasaba por su mente, sus gustos y disgustos, intereses, sus miedos, su perspectiva de la vida, su historia. Mi corazón extrañamente anhelaba conocerlo. Deseé tanto poder ser valiente y dar el primer paso. 

— ¿Quieres que vayamos a la biblioteca a empezar el trabajo? — propuso Mark sacándome por milésima vez de jaeminlandia. 

—Me parece bien— tomé una hoja de mi cuaderno y escribí el número de mesa que solía usar y era muy poco recurrido, le pasé la hojita a Mark quien la tomó del otro extremo—Ahí podremos trabajar tranquilos sin accidentes—Mark asintió.

Él perfectamente sabia de mi miedo y rechazo al contacto físico, y trataba de entenderme y ayudarme en lo más que podía, aun cuando teníamos pocas conversaciones o interacciones, me hacía sentir querido y apoyado, incluso lo podría considerar más que un compañero, un amigo quizá, el único además de mi querido osito de peluche Baloo

✩ - - - - - - - - ✩- - - - - - - - ✩ ✩ - - - - - - - - ✩- - - - - - - - ✩

El final de la clase de ese día llegó, recogí mis cosas en mi mochila y esperé a que todos salieran, en menos de 5 minutos el salón estaba casi vacío, casi porque quedamos dos personas, Jeno y yo. Jeno se quedó parado unos segundos como si esperara algo o a alguien, se giró a verme y sonrió, mi corazón se aceleró, vergonzoso. 

—Jaemin ¿verdad? — preguntó ladeando levemente su cabeza como un cachorrito. 

—Ehh, ¿sí?, ¿cómo sabes mi nombre? —respondí, demasiado rápido para mi gusto. 

—No es por nada malo, tranquilo. —rio bajito y continúo hablando—La profesora me dijo que tú podrías ayudarme con Matemáticas y bueno, ¿podrías ayudarme?, puedo pagarte, lo que quieras, te lo suplico— mostró un pequeño puchero. Lindo, lindo, lindo. 

Retuve la sonrisa que quería escapar y solo asentí. Me tomó unos segundos lograr que mi voz saliera medio estable de mi garganta. 

—Claro que puedo y quiero, solo necesito decirte algunas "reglas"— hice comillas con mis dedos. 

Jeno asintió y sin tocarme ni un poquito me dio una hojita con diseños de tulipanes. —Es mi número, podemos ponernos de acuerdo por ahí, si gustas.

Sonreí y asentí. Jeno salió del salón a pasos lentos, una vez que se fue pude respirar más tranquilo. Esa pequeña interacción altero mis sentidos. ¿Cómo podía ser tan lindo y espontaneo al mismo tiempo?, mi deseo de conocerlo aumentó más. 

Ese día por primera vez pensé en algo más que en mi mismo, mis traumas y dolor. Por primera vez mi corazón anhelo algo, alguien. 

Affection - Nomin ✩˚。⋆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora