𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑𝟔

319 23 1
                                    

𝐅𝐄𝐑𝐍𝐀𝐍𝐃𝐎

    A penas he tenido tiempo de ver a Helena tras el Gran Premio de Bahréin y eso es mucho decir cuando se trata de mi asistente. Ese fin de semana estuvimos tan ocupados con entrevistas, colaboraciones y entrenos, que solo la veía de manera puntual y eso no ayudaba mucho, sobre todo cuando veía como Jules Bianchi se acercaba a nuestro garaje para hablar con ella.

Tras el Gran Premio, la vuelta a Maranello ha sido aun peor. Los entrenos han sido más duros, tanto para Felipe como para mí y al igual que en Bahréin, a penas vi a Helena más allá de lo profesional, pues el hijo de puta de mi compañero decidió que era una buena ocasión para tenerla a su disposición. Y tampoco ayuda que, las pocas veces que la he podido ver, haya sido de lejos y hablando con Carina. En alguna que otra ocasión pude escuchar un "Jules me ha escrito". «¿Qué coño hace ese crío escribiendo a mi novia?», me pregunté en muchas ocasiones.

—Fernando, ¿quieres dejar de estar tenso? —me reprende Fabio por quinta vez—. Si quieres que termine con tu dolor de cuello y espalda deja de estar en tensión constante. 

—Lo siento —me disculpo.

Intento relajarme, pero al cerrar los ojos, desde hace un par de días, en mi mente solo puedo ver como el maldito niño francés va detrás de mi novia. Un puto crío de veintitrés años se ha interesado por ella y, aunque nunca he sido un hombre inseguro, por primera vez en mi vida, tengo miedo de que me deje para irse con él. Es mas joven que yo y todos los medios deportivos dicen que podría llegar a estar a mi altura. ¿Quién no querría algo así?

—Fernando, por sexta vez, o te relajas o te relajo de una ostia —dice Fabio.

—Déjalo —hablo.

Me incorporo y quedo sentado en la camilla. Fabio termina de extenderme la crema que me ha puesto en la espalda y el cuello para después limpiarse las manos con una toalla.

—¿Se puede saber qué pasa? —pregunta.

—¿Por qué tendría que pasar algo? —hablo mientras me pongo la camiseta.

—Porque estás más tenso que un cerdo en un matadero —habla—. ¿Ha pasado algo con Helena?

Dejo escapar un suspiro y miro a mi fisio. «A Fabio no puedo ocultarle nada, es uno de mis mejores amigos». Hace unos días le conté que Helena y yo estábamos juntos y, aunque no pareció sorprenderle, la idea le agradó. Por otro lado, me confesó que había apostado con Edoardo y que ahora mi cuñado le debe cincuenta euros.

—¿Por qué tendría que pasar algo con Helena? —pregunto.

—Porque te conozco desde hace años y cada vez que tienes un problema con una mujer, te comportas así —dice—. Además de que estás más irascible de lo normal, por lo que tiene que ver con ella, ya que siempre estás así cuando se trata de esa niña.

—Me vuelve loco —digo mientras me bajo de la camilla.

—No quiero saber en qué sentido —escucho decir a Fabio.

—En todos —respondo—. Pero siento que me está ocultando algo.

—¿Qué quieres decir?

—En Bahréin la escuché hablar con Carina sobre el piloto de Marussia.

—¿Bianchi? —pregunta—. ¿Qué tiene que ver ese chico?

—No lo sé —niego—. Pero se fueron juntos del hotel y entraron agarrados de la mano. Y el hecho de que se muestren muy misteriosas con él me hace sospechar.

NAKED |FERNANDO ALONSO FANFICWhere stories live. Discover now