Chuuya is like a dog

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Dazai se despertó tras una noche intensa con Chuuya. El cual se encontraba completamente dormido a su lado. Normalmente este iba a correr por las mañanas, pero las noches de sexo eran la excepción en esa rutina. Ya que no quería dejar a Dazai abandonado en la cama tras un acto tan significativo para ellos.

El sexo para ellos era un momento en el que ambos se demostraban todo lo que sentían, ya que las palabras bonitas no eran muy abundantes en su relación, aunque bien, a veces tenían días en los que se comportaba más cariñosamente de lo habitual.

Aquel acto, también era una forma para que ambos se sintieran mejor con ellos mismos, ya que aunque no lo parecieran, a veces se sentían muy acomplejados con sus cuerpos. En el caso de Chuuya, su altura, y a veces algunos de los comentarios del castaño sobre eso le hacían sentir mal. Por otro lado, Dazai tenía vergüenza por sus cicatrices, y a veces le daba asco verse completamente desnudo. El sexo les ayudaba a sentirse mejor en ese aspecto, aparte del lujurioso.

El de ojos miel abrió poco a poco sus ojos, aún cansado, contempló las finas facciones de su amado, completamente relajadas por el sueño.

Llevó una de sus manos a su rojizo cabello, que se encontraba suelto, haciendo que algunos mechones cayeran sobre su frente y mejillas. Lo acarició notando la suavidad que este tenía, y así siguió por un rato. Notó como el de ojos azules aceptaba sus caricias, acercando más su cabeza hacia su mano. Aquella imagen le parecía muy tierna al castaño, era como un cachorrito.

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Chuuya se despertó un rato después, y notó como el castaño le estaba proporcionando unas caricias que le relajaban, y que le hacían querer volver a dormir.

Dazai le sonrió cuando sus miradas se cruzaron.

-Buenos días mi amor - Le susurró el de ojos miel y le dio un pequeño beso en la mejilla.

-Buenos días cariño - Murmuró el pelirrojo.

Se quedaron un rato más en la cama, disfrutando de la presencia del otro. Y dándose algún que otro mimo o beso.

Finalmente Chuuya se levantó y se llevó a rastras a Dazai, el cual quería seguir entre las sábanas por un rato más.

-Tienes todas las cosas tiradas por el suelo - Se quejó mientras caminaba por el pasillo - No entiendo cómo es que puedes vivir así, deberías de ser más ordenado - Le regañó y el castaño solo sonrió.

-Tampoco es para taaanto Chuu - Le abrazó por la espalda, haciendo que el pelirrojo se sonrojara furiosamente.

-Cla-claro que lo es, se te van a acumular las cosas y van a aparecer cucarachas - Le respondió nervioso. Y Dazai puso una cara de asco de solo pensarlo.

—Ya lo recogeré en otro momento — Dijo.

Ambos fueron a la cocina con la idea de desayunar, pero grande fue la sorpresa de Chuuya cuando vio que la despensa estaba casi completamente vacía.

—Te juro que no sé cómo es que sobrevives en esta jungla que llamas casa — Suspiró — Ve a cambiarte y déjame algo de mi ropa, vamos a desayunar afuera.

El castaño enseguida le hizo caso y fue a su habitación a por su ropa y la de Chuuya, este solía dejar ropa para cuando se quedaba a dormir.

Dazai se puso una camisa beige claro, junto a unos pantalones marrón oscuro y su habitual gabardina. Al pelirrojo le cogió unos pantalones vaqueros color negro, una camisa blanca y un abrigo color vino.

Una vez Chuuya acabó de vestirse ambos salieron de allí en dirección a una cafetería cercana. Al menos, allí sí tendrían comida para desayunar.

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𝐂𝐡𝐮𝐮𝐲𝐚 𝐢𝐬 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐚 𝐝𝐨𝐠 [Soukoku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora