II

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El párroco sintió que un hilo de sudor frío bajaba de su frente a su barbilla.

Se quedó helado por unos instantes; nadie podría haber entrado sin que el lo notará, solo había una puerta de acceso y la había cerrado antes de dormir como lo dictaba su rutina.

Sus ojos se movieron lentamente hacia la presencia que estaba detrás suyo.

Mirándolo de reojo pudo notar los cabellos blancos y la penetrante mirada cargada de resentimiento.

-¡¿Quién eres?! ¡¿Cómo osas entrar a mis aposentos?!- Suguru se giró Inmediatamente.

- Fuh... Humano insolente- El albino lo miro con asco haciendo una mueca.

Suguru lo miró y lo examinó rápidamente,esa apariencia... La podría distinguir con un ángel pero sus largos cuernos y garras le decían otra cosa.

-¡Eres un demonio!- Inmediatamente Suguru retrocedió.

-¿Hasta ahora lo notas? Que imbécil eres...¿No sé supone que eres uno de los más poderosos del Vaticano? Solo me causan náuseas- El albino expreso su odio hacia aquel que lo retaba.

-¡Infame demonio! No hables más...¡ Te exorcisare ahora mismo!-

- Inténtalo pero no funcionará,no sabes a cuántos como tú he asesinado por pasarse de la raya,me divertire viéndote agonizar en tu propia sangre- Las garras se volvieron más puntiagudas y los colmillos aumentaron lo suficiente como para confundirlos con los de una bestia.

Suguru trago saliva fuertemente pero no sé acobardo,lo que tenía delante de él era una amenaza tanto para el como para el pueblo donde descansaban los inocentes. No permitiría que alguien más muriese por su culpa.

La batalla habia comenzado, Suguru había salido de la casa por la ventana corriendo en el bosque mientras en sus manos conservaba las reliquias que usaba para exorcisar.

Sentía que lo estaba siguiendo de un momento a otro sintió un gran jalón que lo hizo tropezar de golpe cayendo al suelo estrepitosamente.

-¿De que sirve correr? Ya te he alcanzado,De verdad que cada vez que visito el reino humano siempre encuentro que se vuelven más idiotas con las generaciones,que asco me dan-  Se acercaba más al azabache que seguía con el deseo de correr para alejar a aquel demonio de la aldea.

-¡No permitiré que sigas hablando incoherencias!- Ya había tomado una decisión era la única forma.

Con una navaja abrió nuevamente la herida de su muñeca comenzado a derramar sangre en el suelo. El olor para Satoru era bastante peculiar se le hacía agua la boca al imaginar que el aroma sería delicioso en su garganta.

-¿Con que diablos están hechos los humanos ahora? Solo me dan ganas de comerte,serás un bonito recuerdo en la pared de mi oficina- De un movimiento rápido aprisionó al azabache derribandolo nuevamente cayendo al suelo.

Se relamio los labios viendo la expresión de los ojos de Suguru que lo miraban expectantes como una presa a punto de ser devorada.

- Este truco barato ya me lo sé,estabas queriéndote hacer el héroe,¿De que te sirve? Los humanos te van a reemplazar como siempre sucede- Sus sonrisa se hacía cada vez mas macabra mientras el sudor de Suguru se hacía más abundante.

De un movimiento rápido Suguru lanzó su sangre en la cara del demonio comenzando a arderle al demonio que chillaba dolorosamente.

-¡Sufre demonio infame!-

Grito Suguru al ver cómo las uñas del demonio aruñaban su rostro en busca del sosiego de su dolor.

-¡Ahh! ¡Está mierda quema! ¡¿Qué carajos me hiciste?!- chillaba escandalosamente.

Suguru aprovechó la oportunidad y se abalanzó hacia él inmovilizandolo.

- Los demonios siempre dejan que la soberbia les gane... Son tan idiotas- Le susurro al oído.

Las orejas de Satoru se tensaron al escuchar esa voz tan autoritaria por parte del párroco.

Suguru se sentó en su abdomen haciendo que el demonio soltará un quejido.

- Los de tu especie son tan ingenuos... ¿Acaso creías que un párroco como yo caería tan estúpidamente? Jajaja...- 

Clavo las manos de Satoru con clavos benditos que se encontraban en el suelo.

-¡¿Qué es lo que dices?! ¡Respóndeme!- La cara de Satoru aún seguía curandose lentamente. - ¡Dímelo! ¡¿Qué me hiciste?!

El azabache esbozo una sonrisa y acercó sus labios a los del demonio.

- Tan ruidoso...- Hábilmente mordió la lengua del demonio.

-¡Hmmp!- Solo chillo Satoru...

¿Cómo es que ese simple humano sabía el punto débil de los demonios?

La había cagado... Era su fin.

- No sabes lo divertido que es esto para mí... Todos se impresionan al saber que una pequeñez como yo sepa dónde se encuentra el enlace de los suyos... ¿Debe ser triste no? ¿Qué sucede? ¿Ya no puedes hablar?

La lengua del albino sangraba lentamente.

- Que lastima... Yo quería platicar contigo un poco más- Suguru tomó un poco de su propia sangre y la coloco de un tajo en la lengua de Satoru.

Este líquido vital comenzó a iluminarse al estar en contacto con la vivida sangre de un demonio.

"Señor omnipotente,hazte presente por medio de este enlace".

Y después de decir estás palabras en la boca del albino se dibujo un símbolo.

- Bien...está hecho; desde ahora.

Me perteneces.-

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Hola! Soy Rizu y solo para advertir que este fic va a ser muy corto aproximadamente unos capítulos más y termina! Gracias por leer! ✨

Tentación carnal [SatoSugu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora