Siendo un alfa de raza felina, Choi Soobin era considerado un macho verdaderamente atemorizante y a la vez bastante atractivo.Con su cabello rubio peinado hacia adelante, sus orbes naturalmente verdes a causa de su lado salvaje, su mandíbula fuerte, sus labios rosas, su cuerpo de un metro noventa y casi cien kilos de puro músculo sólido y engreído, Soobin era un alfa león en todo su esplendor.
Su parte humana era atractiva en todo el sentido de la palabra, pecaminosa, caliente y jodidamente preciosa.
Pero su lado salvaje, por todos los cielos, era todo un adonis.
Al ser un león, Soobin era un macho felino que no se encontraba en todas las partes, puesto que era bastante extraño conseguir otro macho de su raza en específico en cualquier rincón del planeta, y aquello le proporcionaba respeto y una autoridad imposible de quebrantar por cualquier otro shifter.
Estando en su oficina, Soobin quería gruñir de pura frustración por el delicioso aroma de su pequeño y coqueto omega, Yeonjun, quien estaba sentado en su regazo, ronroneando mientras se restregaba contra su fuerte y caliente pecho en busca de una satisfacción que él quería darle de forma desesperada.
Yeonjun era un pequeño tigre, y sus celos eran mucho más fuertes al ser un omega, el omega de un león como Soobin.
—Entonces, señor Choi. —el abogado del aludido carraspeó nerviosamente, temblando ante los fuertes aromas que golpeaban su sensible olfato.— Estos son los papeles que necesita firmar y todo estará listo.
Soobin tomó su bolígrafo y leyó el contenido de esos documentos antes de firmar rápidamente y exterderlos de nueva cuenta hacia su abogado.
—Bien. —Soobin miró al hombre con una ceja arqueada y mostró sus largos colmillos de forma amenazante al notario que este no despegaba su mirada de su omega.— ¿Qué tanto
miras a mi omega?El abogado demostró su cuello a modo de sumisión, puesto que al ser un shifter guepardo no podría hacerle demasiado daño a Soobin.
—N-Nada, señor.
—Mejor vete antes de que te haga un hoyo en la cabeza. —El hombre no necesitó que se lo dijera una segunda vez y huyó lo más lejos posible de la oficina de Choi.— Maldito.
El enojo de Soobin logró alborotar cada partícula de Yeonjun, quien estaba cayendo de lleno en su celo, y aprovechó el estar sentado sobre el regazo ajeno para restregarse contra el gran miembro del alfa, llamando su total atención.
—A-Alfa...
—Mi Omega. —La voz gutural del rubio logró que la sensible entrada del tigre se humedeciera casi en su totalidad, y eso le encantó a niveles inimaginables. Soobin ronroneó desde lo más hondo de su pecho y enterró su nariz en el suave y grácil cuello de su omega inhalando su aroma a mandarinas.— Hueles tan bien, cariño. —una sonrisa predadora se apoderó de la sensual boca del león cuando Yeonjun gimió y comenzó a tocar su propio miembro por sobre su pantalón.— Estás en celo,
¿eh? Creo que debo encargarme de ti.Soobin no podría apartar la mirada de su omega, Yeonjun era hermoso por donde sea que lo mirara.
Con cabello azabache, ojos de un divino color azul, labios llenos y jodidamente besables, piel blanca, cuerpo tan elegante y grácil como cualquier tigre, aunque él superaba las expectativas por mucho.
En su lado salvaje, Yeonjun era un felino juguetón, aunque solo con su alfa, siendo un minino que gustaba de mordisquear las peludas orejitas de Soobin y de restregarse contra su melena rebelde cada dos por tres. Su pelaje era brillante como su cabello, de un tono naranja que hipnotizaba al león junto con líneas verticales que facilitaban su camuflaje al jugar a las escondidas con el rubio.
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Pervert omega ✧ soojun
RomanceChoi Soobin es un alfa metido en el negocio del narcotráfico, pero aquello no le impidió conseguir a su alma destinada; un dulce omega tan angelical y puro cual ángel. Pero oh sorpresa, Soobin ha de aprender en carne propia que no se debe juzgar un...