Temperatura

Capitulo 2

Skyler

Soy Skyler Rybner, nací en Aalborg Dinamarca, vivo con mis padres; mi madre Agneta Peterson y mi padre Klaus Rybner, somos diferentes a muchos en la ciudad, pues nosotros tenemos poderes especiales, somos fuego, no me gusta mucho eso, pero es mi destino y tengo que aceptarlo.

Desde muy pequeño mis padres me han enseñado a controlar mis poderes.
Antes era el niño mas tranquilo de la escuela, todos me molestaban, era la burla de la escuela, hasta que comenzaron a aparecer mis poderes y decidí que todo cambiaría, ahora soy uno de los chicos mas populares y todos me respetan.

Mis padres me contaron la historia de mis poderes, es un poco aburrida, ni siquiera preste atención, lo único es que no puedo estar cerca del poder contrario, aunque seria muy extraño que nosotros viviendo en Aalborg, también viva una familia fría.
En este nuevo año conocí a una chica, mi compañera de francés, creo que es amiga de Annelise, es realmente rara, es de esas chicas que creen saberlo todo y eso lo odio, su nombre es Cathrine, no puedo negar que es muy atractiva; es rubia y sus ojos son tan azules como el cielo.

Estamos haciendo el trabajo juntos, no entiendo la razón por la cual se haya ido de mi casa tan pronto el otro día, como si algo le hubiera pasado y tampoco entiendo porque mis poderes se des controlan al estar cerca de ella.
Espero conocer a Cathrine mas a fondo y espero soportar su arrogancia.
No entiendo tampoco la razón por la cual la maestra me llamo por mi segundo apellido, hablare con ella y aclarare eso.
🔥🔥
En el pasillo de la escuela me encuentro a Cathrine frente a su casillero.
Me acerco a ella y le susurro al oído.
-Ven que quiero enseñarte algo-
-¿Que quieres enseñarme?- pregunta extrañada
-Solo sígueme
Me volteo y nos dirigimos a mi casillero
Saco una caja con una rosa congelada, que encontré ayer en mi jardín, lo cual es raro, si estamos entrando en otoño.
-La encontré justo cuando te fuiste- le digo
Al verlo ella abrió los ojos de asombro.
-Pense que nuestro proyecto podría tratar de eso, es realmente raro y me agrada aunque no debería- le digo
-Umm, me tengo que ir- respondió al salir corriendo.

( Y otra vez desapareció ).