7. La petición de Einar

215 26 0
                                    

ELIAN HANSEN

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


ELIAN HANSEN

No hay hogar como tu hogar, ahí perteneces tú —cantó mi pequeño oso, viendo la película.

Einar ya tenía cuatro años, pero su vocabulario era extenso, le encantaban las películas y que le enseñara acerca de muchas cosas que llamaban su atención. Le comenté a mis abuelos acerca de las cosas que él decía, a veces hasta me sorprendía, pero dijeron que yo era igual cuando tenía esa edad.

—Papá ¿Puedo tener un perro como Bolt?

—Debemos preguntarle a tu madre, recuerda que ella es la jefa de la casa y nuestras palabras no pueden pasar por encima de ella —respondí, para darle un beso sobre su cabeza, él levantó la mirada para verme con diversión.

—¿Le tienes miedo a mami, verdad?

—Por supuesto que le tengo miedo, mami es fuerte y sabe pelear.

—Mami es muy fuerte, levanta cosas pesadas —concordó—. Pero ¿No dijiste que era la reina de la casa?

—Es una reina, y la jefa. Tenemos que respetarla siempre y darle mucho cariño.

—Yo le doy mucho cariño, ella es muy buena y su corazón es precioso —afirmó—. Brilla, como el sol en primavera.

—¿Te gusta la mamá que tienes?

—Me gusta que sea mi mami, no la cambiaré nunca.

Llevó la pequeña cucharilla a su boca con un poco de helado para continuar viendo la película, pero segundos después me miró con recelo.

—¿Por qué me ves así? —cuestioné, limpiando su boca con el pañuelo.

—No vayas a cambiar a mami por otra.

Lo miré con inquietud y sorpresa.

—Jamás, ni que estuviera loco —aseguré—. ¿Alguien te hablo sobre infidelidades?

—Sí, la tía Erika. Cuando vino en sus vacaciones, ella estaba viendo una novela.. —el pequeño buscaba la palabra, pero yo sabía de que hablaba.

—¿Novelas turcas?

—¡Sí, eso! —afirmó—. Y una mujer encontró a su esposo con otra.

Por favor dime qué no estaban haciendo nada indebido porque si es así, no dejaré que vuelva a estar con la tía.

—¿Y qué estaban haciendo?

—Se estaban abrazando en un parque. Le pregunté a la tía que estaba pasando, porque la mujer estaba muy enojada, y ella dijo que su esposo tenía otra mujer, por eso estaba enojada.

Lo observé volver a su helado y darle otro bocado.

—¿Y tú qué pensaste sobre eso?

—Pues... —llevó otro bocado a su boca y luego relamió sus labios, sonreí y volví a limpiarlo—. Eso está mal, un hombre no debe tener dos mujeres.

Rompiendo Barreras © ✓ (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora