Jungkook siempre evitaba a Jimin cuando se cruzaban en los pasillos del instituto. El rubio lo saludaba con una sonrisa radiante o le hacía corazones con la mano, solo para fastidiarlo. El moreno se daba la vuelta y se marchaba, pero la verdad era que escapaba de las emociones que le invadían y del rubor que teñía sus mejillas. Jamás en su vida había experimentado esas sensaciones que le provocaba aquel chico, con su mirada traviesa y su voz dulce. Y qué mejor forma de ocultarlas que con su cara de mal humor y su actitud indiferente.
Se encontraba nuevamente en la cafetería, sumergido en un libro sobre la revolución industrial. Le apasionaba la historia y le gustaba aprender sobre los cambios que habían transformado el mundo.
–Hola, holaa, caramelo de azúcar, si sigues frunciendo así el ceño antes de los 40 tendrás muchas arrugas– lo interrumpió Jimin, sentándose frente a él mientras saboreaba un pequeño postre de chocolate.
Jungkook alzó la vista del libro con el entrecejo fruncido, observando al rubio meterse una cuchara a la boca. Ignoró su presencia y continuó con su lectura. A Jimin eso no le gustó y, dejando a un lado su postre, le arrebató el libro a Jungkook de las manos. Este, con sorpresa y enojo, iba a protestar, pero no se esperó que Jimin lo agarrara de las mejillas y acercara sus rostros.
–Tú y yo mañana en el parque cerca de la biblioteca, a la 1 p.m. No acepto un no por respuesta, ¿okey? –anunció, sonriéndole y clavando sus ojos en los suyos.
Y luego lo soltó y volvió a comer de su postre, como si nada hubiera pasado.
–¿Qué? ¿Estás loco? ¿Qué te pasa? –balbuceó Jungkook, sintiendo su corazón latir a mil por hora.
–Leí por ahí que disfrutar de la naturaleza te relaja mucho e incluso te cambiaría esa cara de mal humor que siempre cargas –explicó Jimin, con tono inocente.
–Pues no quiero, no me gusta. Estar en lugares de ese tipo me provoca incomodidad –se quejó Jungkook, cruzándose de brazos.
–¿Por eso siempre estás entre el polvo y el olor de libros viejos? –preguntó Jimin, con curiosidad.
–Pues eso me calma. Prefiero mil veces estar en lugares más cerrados y silenciosos, donde no haya mucha gente –respondió Jungkook, con sinceridad.
–Pero si solo es el parque, ándale, ¿sí? –le insistió Jimin con un leve puchero–. Te dije que no aceptaba un no como respuesta. Además, es mi recompensa por que cada vez que nos topábamos por los pasillos me ignorabas olímpicamente.
El moreno no pudo negarse a la petición de Jimin, que le miraba con unos ojos tan brillantes y suplicantes que le hacían sentir algo extraño en el pecho. Así que suspirando, accedió a acompañarle, aunque con cierta reticencia.
¿Estaba de más decir que Jimin chilló de la emoción?
--🐻💕--
El día llegó y Jimin le tomó la mano al pelinegro para guiarlo por los senderos. Le mostró los diferentes árboles y flores que había y le contó algunas curiosidades sobre ellos. Jungkook lo escuchaba con atención y se sorprendía de lo mucho que sabía el chico sobre esas cosas. Se dio cuenta de que el rubio era una persona muy culta y curiosa, que le gustaba aprender de todo y compartir sus conocimientos. También se dio cuenta de que era una persona muy cariñosa y afectuosa, que le gustaba tocarle y abrazarle sin reparos. Jungkook no estaba acostumbrado a ese tipo de contacto físico, y se sentía un poco incómodo al principio. Pero, poco a poco, se fue acostumbrando a la calidez de su mano, y a la cercanía de su cuerpo. Incluso, empezó a disfrutar de esas sensaciones, y a desear más de ellas.
Jimin le llevó a un rincón apartado, donde había un banco bajo la sombra de un gran árbol. Le confesó que era su lugar favorito del parque, y que solía ir allí a leer o a meditar. Lo invitó a sentarse con él, y lo acercó a su pecho con un brazo. Jungkook se quedó paralizado por un instante, pero después se relajó y se acomodó a su lado. El rubio apoyó su cabeza en el hombro del contrario, y cerró los ojos. Se quedaron en silencio, escuchando el murmullo de las hojas y el canto de los pájaros. El rubio alzó un poco su cara, y contempló el rostro del moreno. Este estaba inmóvil, mirando el cielo. Entonces, se inclinó y depositó un suave beso en su mejilla. Jungkook se sobresaltó, y giró un poco su rostro. Se quedó sin aliento al ver los ojos del muchacho, que brillaban con una luz especial.
–¿Por qué hiciste eso? –preguntó, con voz temblorosa.
–Porque quise –respondió con simpleza Jimin, sonriéndole y sacándole la lengua. Volvió su vista al cielo.
El rubio escuchó un leve suspiro de Jungkook, y le preguntó con suavidad:
--¿Qué piensas?
El moreno se quedó callado por un momento, buscando las palabras adecuadas. Luego, le respondió con timidez:
--Pienso que... eres molesto --Jimin iba a protestar, pero Jungkook continuó--. Pero muy especial.
El rubio se sintió feliz al escuchar esas palabras, y le abrazó con más fuerza. Le dijo, con sinceridad:
--Tú también lo eres. Eres la persona más especial que he conocido.
💕🐻
Antes de irse, el rubio le señaló a Jungkook un árbol grande y de tronco grueso que estaba cerca de la salida del parque.
--Mira, Kook. Mi mamá me contó que este árbol tiene más de cien años aquí en este parque y se rumorea que cumple deseos. Pero nah, no creo --dijo, encogiéndose de hombros. Luego, recordó algo y le sonrió con picardía--. Ven --le dijo, agarrando su mano y llevándolo hasta el árbol--. ¿Y si grabamos nuestras iniciales?
--¿Mmh? --Jungkook lo miró raro.
--No me mires así, lo vi en una peli cuando era pequeño y desde entonces lo he querido hacer --Jimin rebuscó en su bolsillo y sacó una pequeña navaja.
Jungkook se asustó. --¿Por qué tienes una navaja contigo?
--Pues era para abrirte por la mitad y robarme tus órganos, pero no puedo hacerle eso al chico que me gusta --bromeó Jimin, guiñándole un ojo. Jungkook giró la cara sonrojado hasta las oreja--. Entonces, ¿te animas?
Jeon asintió y entonces Jimin, con cuidado, talló las letras "Jjk + Pjm" en el tronco. Luego, le pasó el cuchillo a su acompañante, que lo complementó encerrándolas en un corazón. El rubio sonrió, y luego le dio un beso al árbol. Jungkook le imitó, y luego se tomaron de la mano. Miraron el árbol, y sonrieron. Habían dejado su huella en ese lugar, y en sus corazones.
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grumpy Bear 🐻 kookmin
Romance命 | Donde Jungkook es un chico gruñón y ermitaño de biblioteca que trabaja en una cafetería, mientras que Jimin es un revoltoso chico que vive entre las melodías de la música y el sabor del café. A pesar de sus personalidades opuestas. ¿Ambos lograr...