En las Profundidades

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Desconozco si a esto podría llamarse “oscuridad”, tampoco comprendo, ¿Todavía poseo “vida”?, ¿O no?, sin embargo, ahora mismo, me encuentro en la nada total.

Aunque parece que no percibo algo en particular, hay una cosa que causa una sensación de molestia, a pesar de que, en realidad, no logro ver heridas, en cambio, duele, demasiado.

Desde que tengo memoria, el sentimiento sigue persistente, nunca presté mucha atención a ello, intente no verlo, tratando de vivir en fantasías perfectas e ideales, pero siempre estuvo creciendo.

Aun cuando tenga compañía, incluso en la soledad, estaba ahí, observándome a la distancia, equivalente a un animal queriendo cazar a su presa, está mirándome fijamente, completamente débil, sin escapatoria o sueño con el cual pudiera escapar, me terminó alcanzando después de tantos años de espera paciente.

Me acabé nublando por completo, ni siquiera sabía que gritaba exactamente, no obstante, me dolía la garganta por los gritos incesantes que lanzaba a los aires.

Todo me daba vueltas.

¿¡¡PORQUE SIGO AQUÍ!!?

Creo que voy a vomitar. 

Necesito seguir gritando, en cualquier caso, ninguna persona me escuchará.

No importa el dolor, quiero gritar. Un alma perdida y sola. Estoy harta, no puedo soportarlo. 

Quisiera que quien sea aplaste, arrolle y destroce estos sentimientos que giran y mezclan en aquel cuerpo putrefacto y sin valor y sin amor.

Deseo desaparecer.

Ninguno será testigo, seré olvidada por todos, no habrá alguien que le importe y este desastre quedará en el olvido.

Tal corazón ensangrentado permanecerá perdido, nadie va a buscarlo, ya es tarde.

Lo siento tanto…

No entiendo el por qué, por primera vez, me sentí en plenitud, tan aliviada y completa, como una represa llena de agua se rompiera y saliera con velocidad y fuerza sin parar, hasta que no hubiese más frustración que pudiese salir, más que las lágrimas que no parecían cesar, parecido a la lluvia torrencial.

Me duelen las manos de tanto golpear la pared, estaban manchadas de un rojo muy llamativo, al final, dentro de ese frenesí de acciones y emociones en el que ningún ser parecía escucharme, o bien, no había un ente cerca que quiera tomarle importancia, de hecho, experimente la paz, acompañada de sombras y destrozos. Soy yo.

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En este mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora