|Lee Minho|

66 9 1
                                    

10 de agosto de 2024

Querido... ¿Vecino?:

Lo lamento, que mala forma de comenzar una carta. Hola, quizás no me conozcas, de hecho, seguro no me conoces; soy Minho, Lee Minho, tu vecino de enfrente... ya sabes, balcón a balcón. No estoy seguro de si debería felicitarte, ¿se dice felicidades en los aniversarios de muerte? No creo yo. En fin, hoy se cumple un año de tu muerte y todavía se me hace raro todo lo que sucedió, creo que jamás voy a olvidar esta época de mi vida por mucho que lo intente.

Cuando un día llegué de la universidad y te vi en el balcón de tu departamento me dije que jamás había visto a alguien tan hermoso en mi vida y diría que fue amor a primera vista, pero a este punto no sabría decirte con claridad, quizás si nos hubiéramos conocido podría darte una respuesta más sólida.
Me gustaba mirar el paisaje de mi ventana porque eras tú y descubrí más pronto que tarde que siempre salías a fumar a la misma hora, ¡no pienses que te acosaba!, para nada, es solo que al vivir justo en frente era inevitable no mover la vista hacia donde sabía que estarías, perdona si alguna vez notaste mi mirada y te molesté, no era mi intención.
Me parecías un chico lindo, sí y por esa misma razón se me hacía extraño jamás haberte visto en los 5 años que llevaba viviendo en ese apartamento, recordaría tu rostro y presencia incluso si solo te hubiera visto una vez en medio de una multitud (no quería sonar tan exagerado, perdón). Y... si realmente estás leyendo esto desde algún lugar, por favor, no te burles por lo que voy a decirte. La anciana que vivía en el departamento consiguiente al tuyo, la Señora Song, era una conocida mía desde que mis gatos comenzaron a escaparse hacia su hogar y ella los alimentaba, sí, mis gatos son unos traicioneros ¡Volviendo al tema!, un día se me ocurrió preguntarle sobre ti y me dijo que te llamabas Han Jisung (lindo nombre) y que no vivías solo, lo hacías con tu pareja (eso no era lindo), su nombre era Kang... Kang-algo, la verdad es que no recuerdo ni me importa hacerlo, es un imbécil.
Ahora sabiendo que te llamabas Jisung (insisto, que lindo nombre), le contaba de ti todo el tiempo a mis amigos, Chan y Hyunjin no me soportaban más. Ellos querían que te hablara y quién sabe, quizás si hubiésemos tenido más tiempo lo hubiera hecho, pero el hubiera no existe Ji y el nosotros tampoco, no podrá existir y tampoco sabré si pudo haberlo hecho.

Cuando salías a fumar te veía atentamente a través de las rendijas de mi cortina, tratando de que no me notaras, espero haberlo logrado o pareceré un tonto. Me dolió notar moretones en tu cuerpo algunas veces, no podría saber el por qué estaban ahí, si los permitías o eran causados sin tu consentimiento, pero no tardé en llegar a la conclusión de que definitivamente tú no querías eso. El imbécil de tu novio te golpeaba, lo vi unas dos veces haciéndolo, pero sé que hubieron muchísimas más que no vi y eso me preocupaba, estaba muerto del miedo Ji, porque no te conocía, no podía interferir, pero cada día lucías más golpeado y en las noches me preguntaba qué podría hacer por ti, si podría ayudarte de alguna forma. La señora que conocí por mis gatos me contaba que a oía ruidos fuertes desde su departamento y que no sabía que podría estar pasando, yo solo sonreía incómodo, ¿qué más podría decirle? Incluso ella te había oído, Ji, ¿cómo podría no preocuparme?
Todos los días miraba atento hacia tú balcón, esperando verte bien, sin moretones o golpes, verte tranquilo, porque tal parece que siquiera soñar con verte con una sonrisa era mucho pedir para una realidad tan asquerosa. Mis ilusiones siempre caían una tras otra al suelo cuando te reclinabas a la baranda y llorabas del dolor, de la rabia, de la tristeza, llorabas soltando tantas emociones mezcladas y algunas veces te acompañé en el llanto, porque verte tan roto hacía que sientiera empatía, sentía tu dolor y quería abrazarte, decirte que todo iba a estar bien, que todo pasaría y que seguirías adelante, incluso si no era cierto.
¿Estás bien?¿Quieres ayuda?¿Por qué sigues soportando?¿Por qué no has llamado a la policía?¿No tienes a nadie en quién confiar y contarle esto?¿Le tienes miedo?¿A qué le tienes miedo? Tantas cosas que quería preguntarte al ver cómo las lágrimas no dejaban de caer por mucho que intentaras, salían solas como cascadas y las mías parecían responder de la mismas forma, ¿por qué estás tan roto, Han Jisung? Siempre quise preguntarte, supongo que jamás tendré la respuesta... ugh... estoy llorando, lo siento, realmente no tengo mucho derecho a estar así cuando apenas nos conocemos, bueno, apenas te conozco, tú no sabes quién soy... que patético, Lee Minho.
Un día llegué tarde de la universidad y para siempre me voy a arrepentir de ese día, no importa las veces que todos me digan que no fue mi culpa, las veces que me recuerden que todo pasó de esa manera porque así debió ser y no lo pude evitar, no me importa, siempre tendré el sentimiento de culpabilidad por no haber llegado antes, por no haberte ayudado, por haber dejado que murieras cuando no debías, no era tu momento, no lo fue, eras muy joven... y yo llegué muy tarde... Jisung, desde donde estés... ¿me perdonas por no llegar a tiempo?, ¿me perdonas por dejar que murieras?
Llegar a mi departamento y ver sangre en la puerta de cristal de tu departamento fue señal de peligro en mi mente, las lágrimas salían solas mientras corría hacia tú departamento, deseaba que todo fuera un malentendido y estuvieras bien, que solo estuvieras lastimado o que fuera todo una confusión mía. Oh, que mentira, que gran mentira, solo eso pensaba en ese momento. La puerta estaba abierta, no sabía la razón, entré y te vi recostado a la puerta de cristal, un nudo se formó en mi garganta, las lágrimas ardían al bajar. Estabas sonriendo, mientras un cuchillo estaba incrustado en tu estómago y tú sangre estaba por toda la habitación, tú solo sonreías y yo no pude entender el por qué, ¿por qué sonreías?¿Acaso es porque se acabó tu sufrimiento?¿porque jamás verás al idiota de nuevo?¿Porque ahora nadie podría golpearte? Dime, Jisung, porque no puedo saber el por qué de tu felicidad ya que no la comparto.
Yo... quería conocerte, al Jisung de verdad, no al chico triste que era golpeado por su novio y se refugiaba en el cigarro. Quería mostrarte lo hermoso de la vida o por el contrario que me lo mostrarás tú a mí, ni siquiera pedía ser pareja, solo quería que vivieras. Eras un chico joven que no mereció nada de lo que le pasó y tu tiempo de vida aún era largo, tenías tanto por vivir y experimentar y eso fue cortado por un estúpido que no tenía nada mas interesante que hacer que joder la vida de los demás. Si te lo preguntas, el idiota de tu ex, sí, porque me niego a pensar que sigan siendo algo; el idiota está en la cárcel, le dieron muchos años, puedes estar tranquilo.
Creo que he hecho está carta demasiado larga, lo siento si es complicada de entender, jamás en mi vida he hecho una. Espero y realmente haya correspondencia al cielo o algo similar. No sé si esto te alegre o importe, pero espero al menos te haga sonreír. Ya que fui a tu funeral, sé que no tenías muchos familiares, me invitaron porque fui el que encontró tu cuerpo. Tú tía es la encargada de pagar el lugar donde descansan tus cenizas, pero por lo que veo jamás viene a visitarte. He venido varias veces a dejarte flores y jamás he visto las de otra persona, creo que soy el único que viene... pero no importa, no dejaré de venir, vas a ser recordado, Ji, aunque no te haya conocido mucho, mereces ser recordado, yo lo haré por todos los que deberían hacerlo, no te preocupes.
Adiós, chico que fumaba en el balcón de enfrente, adiós chico lindo que no fue apreciado, adiós chico que no conocí pero me marcó para siempre, adiós joven triste que se refugiaba en el cigarro.
Espero y en otra vida sí podamos conocernos, Han Jisung.
Si realmente estás leyendo esto no puedes olvidar buscarme cuando reencarnes, es una promesa. Espera por mí, si tú no me buscas yo lo haré por ti.

Con un cariño que jamás te pude demostrar, Lee Minho, tu vecino.

El chico que fumaba en el balcón de enfrente / [Minsung] O.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora