en un mundo donde todo se fue a la mierda, las empresas se gastaron todos los recursos en el año 2056, nuestro querido Aquino tendrá que sobrevivir a el hostil páramo en el cuál se encuentra, conociendo gente nueva, haciendo amigos, perdiendo amigos...
En un gran desierto en dónde se podrían ver varios edificios avanzados destruidos y prácticamente estando en ruinas
En medio de aquel desierto, se podría ver a un hombre con el pelo castaño, una camisa blanca, zapatos y pantalones grises, una mascarilla que le cubre parte de su cara y unos lentes puestos para proteger sus ojos de la arena
Este hombre se estaría subiendo a una moto que se veía bastante vieja
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El hombre encendería su moto y se pondría en marcha
Narra el hombre
Mi nombre es Diego Aquino, aunque prefiero que me digan Aquino, se supone que es el año 2165 aunque para ser honesto, la gente probablemente ya perdío la cuenta
Es normal perder la cuenta de algunas cosas, teniendo en cuenta el lugar donde vivimos los sobrevivientes
Desde que tengo 7 años que eh tenido que vivir por mi cuenta y cuidarme a mi mismo, ahora mismo tengo 21 años
El principio fue difícil pero con el paso de los años te acostumbras
Seguramente te preguntarás ¿Que paso? Bueno, es una larga historia
En el año 2056 se agotaron los recursos que teníamos casi al completo, esto por un extraño virus que apareció de la nada, matando tanto humanos como animales, estos últimos tuvieron efectos secundarios, ya que los animales ahora son mucho más grandes, fuertes eh inteligentes, mientras que los humanos morían, la naturaleza tomo lo que es suyo por derecho y no podemos hacer nada en contra, después de todo, ladrón que le roba a ladrón, mil años de perdón ¿No? O algo así era el dicho
Narración normal
El ya conocido como Aquino, seguiría manejando su moto hasta llegar a un edificio el cuál estaba casi destruido en su totalidad
El castaño apagaría su moto para luego bajarse de esta y entrar en el edificio
Aquino:(veamos... Esto de nota de lejos que era una de esas antiguas sucursales de tecnología, si tengo suerte, nadie habría saqueado las balas y la gasolina) *el joven se sacaría sus lentes y los guardaría en una mochila bastante vieja que tenía en la espalda, para acto seguido, bajarse la máscara de tela que le cubría una parte de la cara*
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