El último

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Aquino:la estás colocando mal

Locochón:¡Ven y ponela tu entonces! *Suelta la trampa de oso*

Aquino:mira y aprende *Aquino tomaría la trampa de oso, colocándola un centímetro más a la derecha y luego la abriría* ¿Ves?

Locochón:que sentido tiene eso?

Aquino:ya has a ver, ahora *Aquino sacaría de su bolsillo un poco de carne cruda* la carnada

Locochón:¿de dónde la sacaste?

Aquino:se la saqué a una ardilla muerta

Locochón:ah, que lindo

Luego de colocar la carnada, Aquino junto a locochón se esconderían atrás de una piedras para esperar el oso

Pasaron y pasaron los minutos pero no llegaba nada

Ambos chicos estuvieron esperando durante una hora sin resultados

Locochón:¿seguro que la pusiste bien?

Aquino:si... Pero quizá no, ve a ver

Locochón:y por qué yo?

Aquino:solo ve, tengo mejor puntería por si el oso te ataca

Locochón:apoco si mierda *se pone de pie* si muero, quiero que me entierren eh

Aquino:si si, no te ocuparé como carnada para cazar, ahora veo

Locochón caminaría hacia la carnada y la revisaría, moviendola de lugar para ver si ahí ya estaría bien

Aquino apoyaría su espalda contra la piedra y empezaría a cerrar sus ojos por qué estaba bastante cansado

Hasta que derrepente...

Seguido de un grito

Rápidamente se puso de pie y le apunto al oso

El oso estaba atacando a locochón con sus garras, incluso mordiendolo

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El oso estaba atacando a locochón con sus garras, incluso mordiendolo

Con sus garras le hizo una herida en la cabeza

Sin perder ramas tiempo, Aquino dió un disparo limpio en la frente del oso quien se tambalearia, la sangre cayendo de su frente justo en locochón

Aquino dispararía otra vez y el oso caería al suelo al lado de locochón quien se quedó en el suelo

Aquino rápidamente corrió a ver el estado de locochón

-Sobreviviente- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora