𝐬𝐩𝐫𝐮𝐚𝐧
Juan fue por un material para una poción, pero no esperaba ser golpeado y acorralado contra un árbol...
⋘ 𝑙𝑜𝑎𝑑𝑖𝑛𝑔 𝑑𝑎𝑡𝑎... ⋙
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Todos anhelamos ese día soleado y fresco. Bueno, no todos, pero aún así todos los anhelamos, aunque sea una sola vez.
Ese tan anhelado día soleado por suerte lo estaban viviendo en persona los queridos habitantes de Tortillaland. Los pueblos estaban en alegría total refrescando se y pasandola bien como si de un día festivo se tratará.
Mientras tanto, nuestros protagonistas no se quedaban atrás en este maravilloso día, se encargaron de preparar mucha comida deliciosa y vestirse de forma adecuada para soportar el fuerte sol que iluminaba toda la montaña en la que estaba ubicada el santuario del hechicero del pueblo verde.
Juan, el hechicero se estaba terminando de aplicar el protector solar en su lechosa piel para no quemarse con el fuerte sol, mientras tanto el híbrido de oso estaba hablando con su gata. O bueno, eso era lo que creía ya que su gata dormía plácidamente en su regazo como si de una cama se tratará.
El hechicero no tardo en terminar con lo que estaba haciendo para dirigirse a su pareja que al parecer hablaba solo, algo que le pareció chistoso al hechicero al ver cómo su querido híbrido parecía un lunático hablándole al aire.
- ¿con quien hablas, oso de mierda? -el rostro del híbrido se dirigió a su querido novio que estaba parado en frente suyo con sus manos en su cadera mirándolo con burla, estaba a punto de responder con un insulto, pero sintió el ronroneo suave de su gata que ya hacia dormida en su regazo - mierda... -
Fue lo que dijo al agachar su vista y ver a su gata dormida, había quedado como un ridículo frente a su novio. Miro con fastidio a su pareja que se estaba aguantando la risa con una mano en su boca - no te rías boludo, te voy a hacer pija las patas si te sigues riendo - dijo el híbrido ofendido tratando de patear a su novio en un intento fallido por tener a la gata en sus piernas.
El hechicero se echo para atrás para evitar ser pateado mientras reía eufórica mente como si de una coca se tratase - chingas a tu madre - el hechicero pateo el tobillo del híbrido para después salir corriendo aún riéndose sin control.
