CALMATE

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Las semanas continuaban pasando sin muchas novedades.

Los secretos de Zayn y Carla serian cuidadosamente guardados por ambos y esta vez si se cumpliría la promesa del silencio total.

Louis y Andrea seguían de novios, dándose besos a requerimiento de la chica y pesar del muchacho, que mal quería pero debía hacerlo, "una familia constituida" se repetía una y otra vez. 

El grupo en general continuo estudiando regularmente, rindiendo exámenes, y concurriendo a las clases.

Harry era el que dentro de todo parecía haberla estado pasando mejor. Su día era tranquilo, se despertaba a media mañana , salía a hacer las reparticiones , atendía en la caja del negocio, alternando con horas de gimnasio y de noche, mostrando sus dotes de seducción hasta altas horas.

Sin embargo Styles no era lo suficientemente feliz como aparentaba. De vida sencilla, familia tradicional, empezó a darse cuenta que lo que hacia era vivir a máxima velocidad pero su vida era vacía. No le desanimaba saber que trabajaba para sus padres y que se desempeñaba como stripper por las noches, ya que esto le proporcionaba el dinero suficiente para ser independiente. A su corta edad ya vivía solo, tenia sus comodidades, podía darse pequeños gustos, pero algo le faltaba. Harry nunca pensó en estudiar, lo detestaba. Incluso cuando conoció a Zayn, lo felicito por estudiar medicina, cosa impensada para el. Veía en su amigo un futuro por delante, un propósito en la vida. Sabido es que la carrera del stripper dura pocos años, la edad pesa y mas cuando se trata de ese tipo de trabajo, de noche, madrugando casi a diario. 

Tampoco se había enamorado nunca. De entre tantos amantes que habían pasado por sus manos, el amor era algo desconocido, solo se trataba de ofrecer sexo a cambio de dinero, y jamás ir mas allá con nadie, ya que esto traería problemas. El trabajo del joven le requería independencia sentimental, ya que quien quiere una pareja con esa actividad ? Solo muy pocos podían sobrevivir a eso. Los innegables celos se presentaban hasta que los involucrados debían decidir si se trataba de su pareja o el trabajo. pero como era joven, tampoco lo veía como algo indispensable. Justamente eran despedidas de solteras las que concurrían al local, homenajeando a la chica que estaba por desposarse, entonces veía esos rostros llenos de esperanza en las muchachas mientras el solo hacia lo que tenia que hacer. 

Aventuras si, muchas, amores, ni uno solo. 

Su misma personalidad se lo impedía inconscientemente. De naturaleza narcisista, vivía pendiente de su cuerpo, mas precisamente de su cabello, que cuidaba como su presea mas apreciada. Así como amaba verse al espejo del lugar de trabajo, también lo hacia en el gimnasio, verse como se marcaba cada musculo, cada movimiento, marcado por la transpiración del ejercicio, estaba un poco enamorado de si mismo a decir verdad.

Su casa era pequeña, ubicada en las inmediaciones del barrio mas coqueto del centro de Londres. De finas líneas y ventanales , desde su recamara se podía apreciar la ciudad. Las luces por las noches, amaneceres mayormente grises, tal como era el clima del lugar. En la planta baja había una pequeña cocina comedor, bien equipada ya que Harry amaba cocinar, lo había aprendido de su abuela, que desde pequeño le había enseñado a hornear, como prácticamente se crio en la panadería además de eso hacia platos deliciosos, pero siempre para uno, excepto que invitase a algún amigo, o aventura de turno. Mas allá se extendía un living , con sillones de cuero negro, frente a un hogar a leña . En la parte de arriba estaba su dormitorio, donde había hecho instalar varios espejos de tamaños varios, su obsesión. Finalmente tenia una especie de biblioteca escritorio, donde pasaba algún tiempo libre si lo tenia, ya que era un ávido lector, a pesar de no haber escogido ir a la universidad. Se interesaba por la historia y el arte. Soñaba con tener alguna pieza famosa algún día, de esas que veía en los libros de arte. En el garage guardaba su escarabajo beige, descapotable, modesto... si quería podía acceder al ultimo modelo deportivo del mercado, pero.. un trabajador de panadería con un vehículo semejante era sospechoso. El manejaba el bajo perfil respecto del dinero. Sus ingresos eran muy altos en el club pero para el afuera, era un empleado mas del negocio y debía aparentar austeridad. Así compro el coche para poder llegar mas que nada al club que le quedaba bastante lejos de su casa. 

DESPEDIDA DE SOLTERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora