Tiempos de paz

238 30 5
                                    

—Mis soldados los van a llevar al reino de Egipto de inmediato. Necesito llevarte a casa. —Jungkook solo asintió.

No era justo.   

Realmente quería tener de nuevo su voz. Quería poder hablar para poder unir a la gente y para poder compartir lo que pensaba justo ahora ¿Pero qué tenía que hacer para lograrlo?

“(Diosa, dame fuerzas si estoy destinado a vivir en este mundo. Si voy a ser Faraón, entonces ayúdame tanto como lo has hecho hasta ahora. Ayuda a Taehyung a llevar a mi hijo a salvo por el mar. Ayúdame a ser fuerte.)”

Mientras oraba, se dio cuenta de que la noche se apartaba lentamente en frente de él. Todavía les quedaba un poco de tiempo juntos, todavía podían tomarse de la mano y hablar el uno con el otro, todavía podían sentirse. Aunque el cielo del este estaba un poco más brillante, faltaba un poco hasta que llegara el amanecer.

“Me despediré de ti pronto.” Escribió Jungkook, mientras extendía las manos y le mostraba un anillo adornado con una hermosa piedra de color esmeralda. “Si sobrevivo... Entonces quiero que te vuelvas mi esposo.”

...

—No sé cuánto tiempo voy a quedarme aquí. Es algo que quería decirte. En primer lugar, porque no puedo dejar Roma cuando está en un estado de caos tan horrible como este y en segundo porque, pienso que es mi obligación calmarlo y, convertirme en el emperador que tanto necesitan. Siento que para eso estoy aquí, para combinar nuestros países, pero todo mediante mi propia fuerza. —De la garganta de Jungkook, salió una voz. Algo débil y aún nada clara, pero ya era algo.

—... Tal vez deba quedarme contigo.

—Si te quedas aquí, solo serás ejecutado. Todo el país sabe que me obtuviste como recompensa en ese torneo. Van a atacarte, como el hombre que se acostó con el monstruo del Reino de Egipto.

—¿Monstruo? ¿Por qué dices eso? Ciertamente tienes una belleza diabólica, pero... Yo recordaría si me hubiera cogido a un monstruo.

—Este no es el momento para bromear.

—Lo se... Es solo que... Aunque sé lo que tengo que hacer, una parte de mi dice todo el tiempo que no puedo dejarte en un lugar tan peligroso e ir solo a un sitio seguro. Soy tu Alfa.

—Voy a estar bien. —Taehyung sonrió. —En serio estoy bien. He estado bajo vigilancia todo este tiempo y he estado expuesto a situaciones en las que podrías ser atacado en cualquier momento. Pero no ha pasado nada. Para mí, tú y el bebé son más importantes...

—Faraón... Ese bebé es mío, ¿Verdad?

...

—Responde honestamente, por favor. Ya que estás tan desesperado por deshacerte de mi, creo que al menos merezco esto.

Jungkook se tomó un par de minutos para meditar en su respuesta. —Sí, es tu bebé. No me he acostado con nadie más que contigo. Ni Galba, o alguna otra persona me ha tocado jamás así que, obviamente es tu hijo.

Taehyung sonrió. Parecia estar conteniendo las lágrimas. —Gracias... Gracias por.... Arriesgar tu vida para proteger a mi hijo. Decidiste sacrificarte y convertirte en el amante de Galba para no darme problemas. Ni siquiera sé qué debería decirte, solo gracias por traer al mundo a nuestro cachorro. —Taehyung se arrodilló ante Jungkook y besó su mano una y otra vez. —Sabiendo que Galba me odiaba... Tú me protegiste y no creo que puedas entender lo mucho que me salvaste de otras maneras en todo este tiempo. Así que, por favor, huye conmigo y con nuestro hijo.

—No puedo.

Taehyung se levantó y puso ahora su mano en la mejilla de Jungkook. Incluso sintió su mirada recorriendo fijamente su cara mientras le apartaba el cabello suelto.

El amante del Faraón (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora