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Lo que lo despertó a la mañana fue el sonido de la puerta al ser golpeada y luego abierta con fuerza. Le costó varios segundos acostumbrarse a la luz para darse cuenta de que su hermano menor no estaba en su respectiva cama y quién estaba en la puerta era su mejor amigo.

—¡Buenos días, capitán! El sol salió, los pájaros cantan y a partir de hoy comienzan las elecciones para el rey o reina del halloween. ¿Preparado?

Meliodas despertó más animado de lo que estaba la noche anterior tras esa declaración. Por muy estúpido que  pudiera sonar eso de ser el “rey del halloween”, no lo era.  Contrario a lo que las personas pensarían, para ganarse ese título los postulantes estarían pasando día tras día por varias pruebas y desafíos principalmente físicos, mientras se ganan a la multitud con sus palabras. Desde el arco y flecha hasta encontrar tres banderas cada situada en tres puntos muy lejanos y diferentes del bosque. Y al final ganaría que el más obtuviera de parte de los alumnos.

Y Meliodas era perfecto para ello. Sus notas eran perfectas, era el mejor en cada asignatura y ni se diga en lo deportes al aire libre, era el líder de la clase y a todos les agradaba. Tenía medallas y trofeos de todo tipo, lo único que le faltaba era el título del rey del halloween y lo tendría todo. Y claro que lo obtendría, nadie se lo iba a quitar. Él merecía tenerlo todo.

—Claro que si, Ban. ¿Cuando no estoy preparado?

Con toda la confianza se fue al baño a cepillarse y lavarse la cara. Mientras Ban se quedaba aún en la puerta cruzado de brazos negando divertido.

—Ah, Capi, espero que nada te quite esa confianza.

...

Nunca pensó que se sentiría feliz de ir a estudiar por un corto período al internado de su padre, pero alejarse de su madre un tiempo ya era como ganar un boleto al cielo. ¿Debería sentirse culpable por sentir paz estando lejos de su madre? Tal vez, pero gracias a la gran crianza que le había dado simplemente no la sentía.

Habían pocas personas por los pasillos, pero esas pocas la veían de abajo a arriba y susurraban entre si. Cómo si ella fuera alguien o algo... Raro, ¿Sabrían que era la hija de su director? ¿O tal vez la miraban así porque no parecía el tipo de chica que estudiaría en un lugar así?

A Elizabeth le daba igual, sus miradas la ponían nerviosa, o mejor dicho, incómoda, se sentía igual o peor que las miradas de miedo que le daban las mucamas y camareros del hotel de su madre.

Tomó aire y subió la cabeza. Porque los Liones no deben tener miedo y los Goddes no dejan al aire sus debilidades, y ella... Ella tristemente era ambos.

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En mi mente la explicación de El rey o La reina de halloween quedaba mejor explicada 😞

LittleStar.

Voices - MelizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora