Años atrás
Ryan
Los gritos se escuchaban en toda la casa ¿pero que podia esperar de dos mocosas como Sam y Alice? Fui directo a la habitación de mi hermana para pedirles que se callaran realmente no me apetecía escuchar sus voces. Tenía el examen para la universidad y simplemente no me dejaban concentrar.
Entre furioso a la habitación de Sam y para mi sorpresa ella no estaba, solo era Alice hablando por celular en altavoz con ella.
—Aguarda un momento tu hermano está aquí — colgó el móvil y se puso de pie.
— ¿En donde esta Sam? —pregunté.
— Fue a su clase de arte, pero, la cancelaron y ya vine de camino
Asentí, me giré para irme a mi habitación, pero me interrumpió
—Oye ¿crees que pueda estar en tu habitación en lo que llega Sam?
La vi confundido no sabia que decir.
—Romina vendrá y no quiero malos entendidos.
Ella suspiró de forma indignada.
—No creo que le moleste sabe que nos conocemos desde niños, y no quiero estar sola en esta habitación, no me gusta estar sola. —al decir la última frase su mirada se torno triste, me conmovió así que acepte.
—Vale, esta bien —levanté un dedo acusándola— pero dejas que me concentre sino te echo
—Ok —dijo mientras asentía
Transcurrieron unos minutos en total silencio, yo estudiando y ella sumergida en su celular, cuando de pronto me hizo una pregunta que no me esperaba.
—Oye Ryan ¿Que le vez a Romina?
Giré a verla
—¿A que re refieres Alice? —mi voz se escucho más molesta de lo que intentaba.
—Sé que ella es bonita y su familia también es importante, aun así no sé que vez en ella.
La miré confundido, no tenía idea del porqué sacaba ese tema.
—Siento que mereces estar con alguien más —continuó—alguien que te quiera de verdad.
—Romina lo hace, me quiere de verdad. Además no tengo que darte cuentas de mi vida Alice.
Continúe sumergido en ni computadora ignorando el hecho de que ella estaba en mi habitación. De pronto se sentó sobre mi escritorio.
—Me gustas —Fue directo al grano, sin rodeos.
No era tonto yo notaba sus intenciones, como me veía, sus coqueteos, pero simplemente no.
—Será mejor que esperes a Sam en su habitación.
El filo en mi voz era contundente, Alice ni se inmutó.
—¿Tienes miedo?
Su pregunta me sacó de concentración, no entendía a qué se refería al ver que no contestaba continuó hablando.
—Sabes que si te acercas demasiado luego no podrás parar.
Me hartó, me puse de pie sino se iba por las buenas la sacaría a fuerza. La tomé por los brazos para sacarla y ella se abalanzó sobre mi y estrello sus labios contra los míos, la separé justo al tiempo que mi puerta se abrió.
—¿Interrumpo? —la voz de mi novia me provocó un escalofrío por todo el cuerpo.
—Para nada, Alice está esperando a Sam, ya se va.
—Te ves espectacular, Romi —dijo antes de salir.
Romina no pregunto nada y pasamos la tarde normal, pero no sabía porque Alice rondaba mi mente.
ESTÁS LEYENDO
Através del fuego
RomanceMuchas veces he escuchado decir que nos enamoramos de verdad una sola vez en la vida... Y si él ¿ya lo hizo? ¿Cómo puedo competir para que me ame de la misma manera? Él ya vivió su más grande amor y yo estoy aquí intentando ser alguien.